Silicon Valley a menudo es conocida como la “capital mundial de las empresas emergentes”.
Sin embargo, casos recientes parecen sugerir que esta idea sobre la cultura empresarial ahí existente es incorrecta.
Un informe, titulado “Silicon Valley: ¿Un gran lugar para iniciar una empresa?”, afirma que hay más de 100,000 nuevas empresas tecnológicas en Silicon Valley cada año, con una edad promedio de 2.5 años.
La investigación fue financiada por dos organizaciones: la Fundación Bill y Melinda Gates (con una donación de $ 25 millones de dólares) y Qualcomm Ventures (con una una inversión de $ 25 millones de dólares más). El estudio encontró que, en lo que respecta a la financiación inicial, Silicon Valley no es tan rico en capital de alta tecnología como la cobertura mediática inicial haría creer.
De hecho, solo el 34 % de la financiación de capital de riesgo se destina a empresas de alta tecnología; el 15% se destina a empresas de biotecnología; el 6% va a empresas de medios; el 13 % se destina a servicios financieros; el 8 % se destina a empresas de software; el 5 % se destina a empresas minoristas; y el 5 % se destina a empresas de biotecnología y productos médicos (todas estas categorías son mucho más pequeñas de lo que cabría esperar).
Esto significa que, en términos de financiación de capital de riesgo, Silicon Valley en realidad no es muy diferente de cualquier otro lugar del mundo donde las personas inician sus propios negocios; simplemente es más conocido porque ha producido muchas nuevas empresas exitosas en los últimos años.
Los problemas con el espíritu empresarial de Silicon Valley
En todo el mundo, cada startup tiene sus propios problemas.Los problemas que enfrentan las empresas en la parte superior de la pila son bastante diferentes de los que enfrentan las nuevas empresas en la parte inferior.
Las personas son criadas para creer que las cosas deben hacerse de cierta manera. Cuando pregunta por qué las personas se arriesgan y hacen lo que hacen, a menudo dicen “Quiero hacer crecer mi negocio” o “Quiero ganar mucho dinero” o “Quiero tener éxito”.
Todas estas son razones válidas para iniciar un negocio, pero no parecen suficientes.
Algunas startups fracasan porque no fueron fundadas correctamente: algunas startups se olvidan de ser independientes y empiezan a intentar funcionar con el dinero de otras personas en lugar del propio.
Otras startups fracasan porque alguien cometió un error: al iniciar tu propio negocio, es importante seguir ciertas reglas y pautas para evitar que tu empresa sufra percances y fracasos. Los errores más comunes que cometen los emprendedores de inicio incluyen:
Gastar demasiado en lanzar un producto antes de encontrar clientes.
Gastar demasiado en marketing antes de haber validado el mercado y reconocido el segmento ideal.
Subestimar cuánto tiempo les toma a los consumidores comprar finalmente el producto.
Subestimar los costos de inventario.
Subestimar los costos asociados con la publicidad.
Subestimar las tarifas asociadas con el uso del dinero de otras personas
Sobrestimar la tasa de crecimiento.
Contratar demasiados empleados.
Prometer demasiado.
Demanda del consumidor sobreestimada.
Sobrevaloración de activos.
Mal uso de capital.
Mal uso de la deuda.
Pagos excesivos, entre algunos otros.
Factores en el ámbito del emprendimiento: cultura y valores
Los defectos y fallas en la cultura empresarial de Silicon Valley se han revelado durante años.Pero el colapso de empresas como AirBnB, Groupon, Zynga y más en el mercado de valores ha puesto este tema en primer plano de la atención pública.
La pregunta es: ¿Cuáles son los factores que explican estos derrumbes? ¿Y qué se puede hacer para evitar que vuelvan a ocurrir? Mientras la cultura y valores queden por debajo de los intereses económicos, el futuro parece predecible.
La cultura emprendedora de Silicon Valley: demasiado dinero, poca visión
En una era en la que se alienta a todos a construir cualquier cosa, ya sea una nueva empresa o una gran empresa de tecnología, la cultura de Silicon Valley es la de generar tanto dinero como se pueda, con la esperanza de que algún día aparezca un unicornio.El problema con este tipo de mentalidad es que no se tiene en cuenta el costo de construir algo.
El costo de construir algo es lo que impulsa a las personas a intentarlo y adoptar el fracaso.
Basta pensar en esas empresas que contratan ingenieros y gastan millones en publicidad para llamar la atención. Fracasan porque en realidad no están mirando para qué están contratando.
Pueden ser buenos para escribir código, pero carecen de una comprensión profunda de los negocios. Es por eso que las startups fracasan: simplemente no hay suficiente talento o financiación en el mundo para que tengan éxito.
No obstante, esta mentalidad ha sido llevada al extremo por los capitalistas de riesgo que les han dicho a sus equipos que salgan y encuentren a las mejores personas del mundo y luego les paguen lo que necesiten, lo que requieran, independientemente de si tienen alguna idea de cómo monetizar el proyecto o incluso entender lo que están vendiendo (sus “unicornios”).
Esta mentalidad lleva a muchas empresas por caminos que tal vez nunca funcionen financieramente: enfoques de todo o nada, que queman capital como locos tratando de atraer a los usuarios antes de quebrar; empresas que no saben cuánto tiempo permanecerán con ellas los consumidores; proyectos que se rompen bajo presión; dependencia excesiva de desarrolladores de alto precio; determinación a la hora de diseñar productos y servicios que aún necesitan años antes de ser utilizados por clientes reales; y un largo etcétera.
Esta cultura también ha llevado a muchos capitalistas de riesgo a realizar malas contrataciones, en muchas ocasiones promoviendo una incapacidad para ver más allá de su propio entusiasmo por una empresa, hasta que es demasiado tarde.
Conclusiones
Un estudio realizado por la firma Deloitte encontró que solo el 2% de los acuerdos de capital de riesgo no involucraron fraude.En complemento, la educación es un problema importante en Silicon Valley, con inequidad en su acceso. Hay una lucha continua para educar a los trabajadores que tienen acceso a algunas de las mejores tecnologías del mundo, pero hay muchos que no tienen acceso a la educación y, por lo tanto, no pueden aprovecharla.
Hay algunas empresas que están tratando de resolver este problema: existen programas que tienen como objetivo ayudar a las personas a aprender informática incluso si no tienen interés o capacidad para hacerlo.
Existen otros que enseñas habilidades básicas de codificación y cubren una amplia gama de temas, que incluyen inteligencia artificial (IA), robótica, aplicaciones comerciales y más.
Cada vez son más las empresas que tienen como objetivo brindar acceso a la educación que de otro modo sería inaccesible debido a la falta de financiación o accesibilidad para estudiantes con diferentes antecedentes y talentos. ¿Tienen una gran idea de negocio? Busca la oportunidad para sacarla adelante.