Esta oportunidad que presentamos hoy es de aquellas que le cambia la vida a quien la tome.
Se trata de un giro radical a la vida que uno pueda tener, y no tanto por lo que representa dicha oportunidad de proyecto sino por el enclave de la misma.
Pero es una buenísima opción de vida que cada vez más gente se está planteando.
Montar una piscifactoría de truchas
Cambiar la vida de la ciudad por la del campo y naturaleza. La misma se encuentra en la población del Bajo Aragón de Villarluengo. Y nada menos que una piscifactoría de truchas.
Y es que los estragos de la ciudad provocan que muchos potenciales emprendedores se planteen la necesidad de cambiar de aires. Y qué mejor que hacerlo en plena naturaleza. Vivir en pleno campo es apoteósico. Lo hemos comentado varias veces y hay que tener amplitud de miras en el inicio de emprender.
Dejar la ciudad no implica bajar la calidad de vida. Posiblemente es lo contrario que pasas de ser uno más a ser alguien en tu comunidad o pueblo. En la ciudad estamos dirigidos, sin tiempo para nada, ni siquiera para uno mismo.
En los pueblecitos, además de comer mejor porque no tienen marcas blancas en los supermercados, tienen tiempo para la familia, para los amigos y para disfrutar del medio en el que viven. Y hoy ya tienen todo lo mínimo necesario como es la enseñanza y la sanidad.
Esta oportunidad de montar una piscifactoría se da en la localidad de Villarluengo, provincia de Teruel. Actualmente se encuentra regentada por los dueños del Hostal de la Trucha que está justamente a tres minutos de la piscifactoría. Es de truchas y en sus mejores momentos abastecía las lonjas de pescado de las principales ciudades de este país.
Debido al enorme empleo de recursos humanos (no tanto en cantidad como en intensidad) y la caída drástica de los precios ha hecho que la capacidad productiva de la misma esté en mínimos o sea testimonial. Hoy es utilizada como centro educativo de la región y no tanto como negocio pescatero.
Quizás un emprendedor le pueda dar un giro radical a la piscifactoría. Además de las subvenciones que captaría de la diputación y comunidad autónoma, las truchas son un bien preciado para el consumo. Imagina un acuerdo con una gran plataforma de distribución minorista o vender a restaurantes de medio mundo. Las condiciones de transporte y logística lo permiten hoy.
El emprendedor podría crear una fábula o cuento sobre dichas truchas y que transmitiese algo especial en su percepción al consumidor. Que fuesen valoradas y apreciadas con la consiguiente revalorización de su precio. Ejemplos anteriores en otras materias los ha habido como el agua, las algas o las trufas.
Lánzate. No es muy difícil la gestión de la misma tal y como nos han explicado gente conocida en la materia. Es querer, es dedicarle pasión, trabajo y compromiso. Valores de antaño en la esencia de las personas pero que parece que hoy no muy extendidas entre muchos. Y encima te llevas de regalo el vivir en un precioso lugar que como decíamos, te cambiará la vida para siempre.
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