Despierta, tú no mandas. Manda Google. Y no trabajar para Google es dejar de perder lectores. ¡Esto no es lo que me contaron en un curso de blogueros hace un par de años! Bueno, a mí también me dijeron que había armas de destrucción masiva en Irak y me parece que nunca han aparecido.
Si quieres escribir un blog, está muy bien que pienses en tu audiencia, en lo que motiva a las personas que te leen, en que llegues a aportar contenido de valor que les hagan dejarte muchos comentarios. Pero hoy en día existe un juez que está marcando las reglas del juego, y se llama Google. Te lo explico con palabras sencillas.
Google aplica un algoritmo, e intenta ir mejorando poco a poco. Al principio no sabía muy bien cómo valorar la importancia de los artículos, y ponía primero en los resultados de búsqueda a las páginas que tuvieran un montón de enlaces desde otras páginas. Pensaba, si mucha gente tiene un enlace a ese artículo, ¡debe ser muy bueno! Y lo era, hasta que los enfermos que trabajan con el SEO (ténicas para que salgas el primero en los motores de búsqueda) empezaron a crear multitud de enlaces falsos desde páginas falsas para engañar a Google.
Así que Google decidió innovar con un segundo algoritmo aún más potente, y en donde no sólo miraría el numero de páginas, sino también desde qué parte de la página se apuntaba, y además cómo de importante era cada página. Así, si te apuntaba un gran diario arriba del todo, al comienzo, era más importante que si te apuntaba el mismo diario casi al final de la página. Y que te apuntara un diario nacional era más importante que te apuntara un diario local.
Bueno parecía sencillo, y los malvados SEO también aprendieron cómo hacer algunas buenas trampas y colar enlaces en posiciones estratégicas. Google se enfadó mucho y entonces hizo el esfuerzo de crecer un poco más y empezar a dar más importancia a quién más enlaces en redes sociales apuntaba a la noticia. Y si además la persona que había hecho el enlace era un “influencer” pues más puntos que se llevaba la página destino.
Dicho y hecho, otra forma de buscar que los malvados SEO pudieran empezar a crear falsos usuarios en redes sociales con millones de usuarios falsos que apuntaban a artículos que querían destacar a cambio de unos dólares. Un mal artículo se sacaba a la luz, e inmediatamente se contrataban a estos SEO que empezaban a hacer RT el artículo entre sus cientos de seguidores falsos y hacían creer a Google que aquello tenía valor. Como todo en esta vida… ahora estamos en una nueva fase. Claro que todo lo demás suma, tener enlaces externos en sitios visibles, tener muchos enlaces desde las redes sociales, tener muchas visitas de tus suscriptores… ¡pero ahora Google quiere saber si de verdad tu página o tu video (para YouTube) es bueno. ¿Y cómo puede saber eso?
Pensemos. Google por ahora no entiende lo que escribe (más allá de saber si cometes faltas de ortografía), y mucho menos comprende el contenido de los videos de YouTube. Pero hay una cosa que sabe hacer de lujo… ¡medir el tiempo que las personas están en cada página! Si uno busca “vivir en Uruguay”, y llega a mi artículo que sale de los primeros, donde explico cómo es la vida en Uruguay… ¡y tras acceder al mismo… apenas estuviera unos segundos!, Google entendería que el artículo no tiene interés alguno. Pero si pasa varios largos minutos… ¡eso le dará un poco de vida a mi artículo! Vamos, que ahora hay que hacer la mejor Wikipedia en nuestro blog, con artículos muy grandes, muy bien organizados, con referencias externas, si es posible con videos, y que sean de máximo interés de cada persona. ¡Se acabo el escribir los tres párrafos del día como si nada!… ¡para eso ya tienes las notas del Instagram o el WhatsApp!
Los artículos con mucha información, y que dejen al lector mucho tiempo, tienen el cielo asegurado. Los que por muy bien que estén escritos, se lean muy rápido y no aporten enlaces adicionales, pueden caer en el olvido. Como diría Google… “lo sentimos, sólo somos un algoritmo”.
Quien lleve leyendo este blog desde los últimos años habrá detectado que he parado un poco el ritmo de publicaciones, pero eso no significa que esté trabajando menos en el blog. Ahora dedico cada día una o dos horas en actualizar contenido pasado. Lo unifico, mejoro los enlaces, aporto más información, incluyo algún video adicional si puede ser de interés. Mejoro las imágenes en miniatura, las palabras clave, y todo lo que se puede hacer desde el SEO. Vamos que gasto el 90% de mi tiempo en mejorar los casi 1.000 artículos que llevo escritos, y sólo un 10% del tiempo en crear nuevo contenido.
¿Quieres ver el resultado? Un crecimiento del 38% en visitas en los últimos 3 meses. Habiendo escrito la mitad de la mitad de lo que escribía antes, pero habiendo gastado mucho tiempo en actualizar artículos pasados. Porque al final, te guste o no, trabajamos para Google. ¡No lo olvides!
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