Es mi única hermana y nos llevamos sólo dos años, igual por eso hemos sido amigas inseparables de toda la vida y pocas veces hemos discutido. Cuando éramos pequeñas nos imponíamos algunas reglas para evitar conflictos y, salvo algún que otro tirón de pelo en puntuales ocasiones, siempre andábamos jugando juntas. Sin decirnos nada sabíamos que cada vez le tocaba a una ir detrás para cerrar la puerta del garaje, y que teníamos que comer el mismo número de patatas fritas o medir casi con regla los vasos para que ninguno tuviera un milímetro más de cocacola.
No llevo una semana en Belfast y ya la hecho de menos. Hace diecinueve años que nos conocemos y hace diez que inventamos nuestro propio idioma. Aún hoy en día seguimos utilizando palabrejas que nadie más entiende.
¡Un besote y feliz domingo!