Muchas veces nos encontramos de frente con tecnologías nuevas que nos son introducidas como grandes novedades en los dispositivos de consumo que vamos a comprar, y nos encontramos con términos que no sabemos que son exactamente, pero que defendemos como lo mejor y más moderno, con lo que cuenta nuestro nuevo móvil o televisor, y que otros más antiguos no tienen.
Entre estas novedades encontramos las pantallas AMOLED, pantallas que están irrumpiendo con fuerza en los terminales móviles de gama alta, pero, ¿cómo funciona exactamente la tecnología AMOLED?, pues bien la palabra es un acrónimo de Active Matrix Organic light Emitting Diode, o en cristiano, matriz activa de diodo orgánico de emisión de luz. Como su nombre indica una pantalla AMOLED es un conjunto de píxeles OLED que se integran en transistores de película fina (TFT) para crear una matriz. Un píxel OLED no es otra cosa que un Diodo que se basa en una capa electroluminiscente formada por componentes orgánicos (moléculas, polímeros) que reaccionan a estimulaciones eléctricas y que emiten luz por sí mismos. En este punto se encuentra lo que de momento es uno de los problemas principales de las pantallas basadas en OLED, que al ser orgánicos tienen una degradación mayor que las LCD tradicionales, llegando por el momento "tan solo" a unas 14.000 horas , esto sería unas 8 horas diarias durante 5 años. Además de este problema nos encontramos con que el actual proceso de fabricación es más caro, el agua es más dañina con estas pantallas y los componentes orgánicos son difíciles de reciclar, pudiendo causar un impacto medio ambiental negativo en el futuro.
Entonces ¿Cuáles son las ventajas frente a los actuales paneles TFT?, pues ofrecen varias ventajas frente a los paneles LCD y plasma actuales, son más delgados y flexibles, en un futuro y cuando las producciones sean en masa los procesos de fabricación serán más económicos, tienen más brillo y contraste al emitir luz directamente, consumo menor, al no necesitar energía para generar el negro, tecnología backlight, y pueden operar con las misma carga energética más tiempo y su capacidad para poderse enrollar y doblar hacen de la tecnología OLED la apuesta futura de los grandes de los paneles.