Cariñosa, vivaz y un poco traviesa… Así es Nayara. Sus papas me habían solicitado una sesión fotográfica, y después de hablar del vestuario, del atrezzo necesario y los tres estilismos, nos fuimos de excursión a los lugares mágicos donde ibamos a preparar el escenario.
Nayara estuvo radiante, su mirada llena de alegría, juego, sorpresa e ilusión nos acompañó durante toda la sesión. En todo momento, nuestro enfoque fué pasarlo bien mientras creábamos fotografías divertidas y originales, pero sobre todo, que fueran capaces de transmitir la personalidad de la niña.
En mis sesiones de retrato creativo me inspira mucho la localización, por eso es muy importante escoger una que compagine bien con el modelo y el estilismo. Aquí estábamos en un campo de trigo dorado por la zona de Benissa, con las montañas de Bernia de fondo. El espacio abierto le dio a la peque la libertad de expresión y movimiento, mientras los colores de su vestido hicieron un contraste bonito con la calidez de la luz.
Inmersa en la magia del atardecer, Nayara nos demuestra la pequeña maga que lleva dentro.
¡Continuará!
Kind, lively and a little bit cheeky…That’s Nayara. Her parents had asked me to organise a photo session for the 5 year old and after discussing clothes, accessories plus the three ideas I had in mind, the day finally arrived when we were to put it all in motion. With the car packed up and everyone on board, off we went to recreate the magical scenes we had talked about.
Fun, laughter and a lot of sparkle were present throughout the entire shoot and the little girl was in her element at all times. From the outset the philosophy of the session was not only to generate a relaxed environment for our young model whilst creating fun and original photos, but also to ensure that Nayara’s personality shone through in every image.
I am greatly inspired by locations when doing a creative shoot, so it’s important to choose one that goes well with the idea in mind and the model. Here we made use of a beautiful golden corn field not far from Benissa. The wide open space gave the 5 year old plenty of room to move around and be herself, the colours of her dress gently contrasting against the warm evening light.
Nayara bewitched us all in the magic of the setting sun.
To be continued!