Me encanta compartir contigo, que llegas de una manera u otra a leer las entradas del Blog. Tengo la intuición que sois las personas adecuadas en el momento indicado para aportaros algo por poquito o mucho que sea.
Hace aproximadamente un mes decidí cancelar mi cuenta de Facebook. La verdad es que me gusta esta red y la utilizaba bastante, pues gracias a ella ha llegado a mí información de interés sobre diferentes temas. Reconozco que disfruto estando al día de ello, descubriendo mil cosas y compartiendo. Pero claro, es imposible estar al día con todo, pues justamente la información en las redes se actualiza casi al minuto, y al final puedes llegar a estresarte con tanta información especialmente pensada para captarte.
Lo que me pasó lo llamé sobre-saturación, un empacho de tantos inputs hasta acabar con una indigestión mental. Sí, a pesar de que estos fueran sobre vida sana, yoga, zumos verdes jejeje. Llegué a un punto en el que me pregunté si realmente estaba siguiendo este estilo de vida que quiero tranquilo y relajado, o justamente estaba teniendo un efecto contrario y no deseado en mí. Pues si os soy sincera, a pesar de conocerme y saber lo que me conviene y lo que no me conviene, me engancho fácilmente a este tipo de cosas. ¡Soy así!
Por otro lado (y por si no fuera poco), a las informaciones de las páginas de tu interés, se le junta la idea original de Facebook, creada para exponer tu vida en público o para ver la vida que publican los demás, lo que justamente, no es algo que ahora mismo me interese. Quiero decir, que si algo me interesa iré a buscarlo yo misma, o de lo contrario llegará a mi de manera natural, pero no porque una red social me lo comunique. Poco a poco, me voy quedando con la AUTENTICIDAD de las personas, y no con la cara que a veces queremos mostrar. (Y esto que expongo tiene un carácter muy personal, por que cada persona tiene una manera propia de sentir las cosas). Así que esta reflexión no excluye ni incluye un estilo de vida, simplemente tenemos que dejar sentir las cosas como somos en el momento y saber quedarte con aquello que necesitas. Lo más importante es ¡SER TÚ MISMO! (si pudiera lo pondría en forma de cartel luminoso y parpadeante)
Con una mano agarré lo que podía perder si me quitaba de Facebook, como toda la gente a la que te conecta, que vive lejos de ti; los eventos, las promociones, las noticias y publicaciones constructivas, poder promocionar el Blog, y toda la parte positiva que tiene si sabes utilizar esta red. Con la otra, pensé en mi bienestar, en mi valioso tiempo, en DESAPEGARME de una cosa más, confiando en que: lo que tiene que ser será. Y fin de la historia.
"Conocimiento es aprender algo cada día, sabiduría es desapegarte de algo cada día"
(Proverbio Zen)
Por ahora me siento fenomenal, tranquila y todo normal. Me he dado cuenta que no lo necesito para nada en mi vida y de momento nadie me ha excluido por no pertenecer a la mayor red social del mundo. (Bromeando). Tan solo alguna información descuidada; el mismo señor Facebook y gente que te pregunta por qué te has ido y cosillas de este tipo pero todo solucionado y aclarado a tiempo. (Sigo bromeando). En realidad, te das cuenta que tampoco somos tan importantes para los demás, o para la gran mayoría, como a veces nos pensamos, así que mi mensaje es que hagas lo que quieras hacer sin preocuparte por lo que pensarán de ti. Al fin y al cabo, para quién realmente somos importantes nos acabarán entendiendo, sino respetando (y esto sí va en tono serio, muuy en serio).
Por último, recordaros que todos los medios de comunicación funcionan de la misma manera. Hay que saber racionalizar el tiempo que inviertes en ellos. Selecciona la información y no te creas todo lo que oyes, ves o lees antes de verificar o comprobarlo.
Mi consejo es que si realmente quieres sacar tiempo para relajarte y conectar contigo escojas un buen libro, escribas, contemples, pasees, medites, te prepares un té, y todo aquello que puedas dedicarte en SILENCIO.
Un abrazo fuerte.
¡Be happy!
Be you :)