En mi ciudad el otoño todavía no ha hecho acto de presencia y, aunque es verdad que algunos arbolitos se ven más naranjurrios y rojizos, aún no he podido ponerme jerséis achuchables y la manga corta sigue, por desgracia, en mi vida. No hay rojos intensos, ni cazadoras, ni bufandas, pero el año pasado sí los había por estas fechas en tierras de Irlanda del Norte.
Las fotografías de hoy son de un día cualquiera a principios de octubre en el Ormeau Park de Belfast, la ciudad que me acogió durante los cinco meses que duró mi erasmus. Recuerdo ese día como un domingo especial en que me levanté temprano para ir a descubrir, cámara en mano, el parque más grande de la ciudad. El día anterior había llovido y volví a casa con los pantalones llenos de patitas de barro gracias a un perrete adorable que, casualidades de la vida, había nacido en la misma ciudad que yo xD
Si te gusta el otoño, aquí tienes una buena dosis:
Si algo me gustó y me llamó la atención de Belfast es que no apartan las hojas secas que se caen de los árboles, sino que las dejan desperdigadas por el suelo y es genial pasear por encima, ADORO esa sensación. Cuando vuelva por Belfast (lo haré, no se cuando pero tengo que volver), me gustaría conocer este parque en primavera (:
¡Un besote gigante!