The Legend of Zelda es una de las franquicias de juegos más famosas de todos los tiempos. Tras el debut del primer juego, fue reconocido instantáneamente por sus intrincados rompecabezas, armas creativas y controles precisos.
Pero otro factor clave que hace que la serie se destaque son los jefes que llenan la pantalla. Ya sea surfeando en un trompo contra una calavera gigante o jugando tenis con una pelota de energía contra Ganondorf, The Legend of Zelda se ha ganado una reputación por sus inventivas peleas de jefes.
El enemigo final de cada mazmorra está destinado a probar todo lo que el jugador ha aprendido hasta ese momento. En lugar de confiar en agitar su espada, cada guardián de mazmorra solo puede ser vencido confiando en el tiempo, la paciencia, la estrategia y el método.
Pero después de una docena de juegos y cientos de jefes, obviamente hay algunos enemigos que son mejores que otros. La mayoría de ellos son geniales. Algunos de ellos están bien. Y hay un puñado que apesta.
Hay una serie de razones por las cuales un jefe puede ser una decepción. Podría ser demasiado difícil, tener una estrategia tediosa o simplemente parecer demasiado tonto para ser tomado en serio. Estos son algunos de los jefes de Legend of Zelda que lograron que los jugadores se sintieran decepcionados.
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