Estos filtros consisten en una serie de cristales que se anteponen al objetivo para cambiar el color de la luz o controlar la misma. Existen dos tipos de filtros, los encuadrados y los enroscables. Los primeros, se sitúan un soporte que se enrosca en el extremo exterior al cual se acoplan los filtros cuadrados; mientras que los segundos, se enroscan en la parte exterior del objetivo.
Dentro de estos, según su utilidad, encontramos los filtros de densidad neutra (reducen la cantidad de luz que entra en el objetivo aunque sin modificar los colores), los filtros UV o Skylight (filtra los rayos ultra violeta, mejorando la luminosidad y reduciendo la bruma aunque su principal función es la de proteger el objetivo), los filtros polarizadores (reduce reflejos indeseados de superficies como agua y ventanas) o los filtros de colores (utilizados para colorear ciertas zonas o zonas completas, dándole a la fotografía un toque especial).
¿Habéis usado filtros antes? ¡Enseñadnos vuestros resultados!