Los dos economistas a cargo del estudio, Raphael Auer y Stijn Claessens, escribieron:
"A menudo se piensa que las criptomonedas están fuera del alcance de la regulación nacional, pero sus clasificaciones, volúmenes de transacciones y bases de usuarios reaccionan sustancialmente a las noticias al respecto".
Para justificar sus comentarios, el BRI expone varios ejemplos, como el rechazo del organismo regulador estadounidense SEC, en marzo de 2017, a la propuesta de un fondo cotizado en bolsa (ETF) para Bitcoin.
"Cinco minutos después del anuncio de la SEC, el precio del bitcoin cayó un 16%".
Los autores debaten además sobre el día en que el regulador japonés, FSA, sancionó a seis plataformas locales de comercio de criptomonedas.
"Es lo mismo que ocurrió en junio de 2018, cuando la FSA solicitó a los intercambiadores tomar medidas para mejorar la seguridad de su servicio. Una vez más, los precios bajaron".
Según Auer y Claessens, los inversores de criptomonedas utilizan las monedas tradicionales del gobierno para el comercio de activosvirtuales, así como los servicios regulados por el estado, lo que explica en parte por qué este tipo de noticias tiene tanta influencia en los precios.
"Creemos que las criptomonedas dependen de las instituciones reguladas. Su complejidad radica en que muchos inversores mantienen e intercambian monedas a través de múltiples interfaces, tales como carteras cifradas online, que a menudo están reguladas por los gobiernos".
La organización financiera concluyó:
"A pesar de la naturaleza internacional y descentralizada de las criptomonedas, las acciones reguladoras actuales y la noticia de posibles nuevas acciones, pueden tener un impacto significativo en el mercado de las criptomoneda, al menos en términos de valorización y de volumen de las transacciones".
El pasado mes de junio, BRI ya publicó un primer informe sobre el tema en el que se mostraba muy pesimista con el futuro de las criptomonedas.