Pero la mayoría estamos pendientes de que nos falta en vez de lo que ya tenemos:salud, amor, dinero, amistad, fidelidad, experiencia, sonrisas, inocencia, inteligencia, belleza, creatividad…la lista es interminable, pero algo mucho o poco de esto tendremos y lo damos ya por sentado en general; y lo que está claro es que si no miramos de vez en cuando hacia atrás, para mirar como está de llena la mochila, no apreciaremos tanto lo venidero ¿ No crees?
Yo soy de la opinión que somos de lo que venimos y que hay que apreciar, valorar y sacarle partido a cada pequeño o gran momento, y por eso a veces un momento sencillo se puede convertir en un gran momento de celebración.
Y en el curso de la vida misma, entre trabajo, verano, mil gastos e ilusión, tengo que reconocer que se me echó encima el aniversario de mi boda . Y como no puedo estar quieta pensé que me iba a inventar algo que fuese para recordar, y voilà, lo encontré.
De allí donde no sube nadie, y que un día ante mis ojos vi cuando el técnico de reparación de aire acondicionado me la descubrió, que nadie usa, que está correcta y que se ve hasta el más allá de Madrid, podría estar bien para celebrarlo, bendita azotea.
Las azoteas españolas a pesar de disfrutar la mayoría de un sol radiante no se utilizan, ¿ porque ? no lo se, los americanos poniéndoles guirnaldas de luces y mesas para cenar, nosotros mejor las dejamos para los aires acondicionados o sólo para tender, de lo más inn ¿verdad?, y además bien cerradas con llave ¿ porque? ni idea, costumbre, inercia.Sólo en pisos más caros o con piscina en la azotea, he visto sacarles partido de verdad, y que gusto da verlas con unas mesas, sillas o lo que sea, pero poder subir a divisar el barrio y por encima de las calles.
Pues yo el día de mi aniversario me monté un plan y la utilicé, para soñar, para montar el escenario que yo necesitaba para celebrar, y así fue lo que monté y como ocurrió, de cómico y de andar por casa, bonito y entrañable y sobre todo sirvió para su función, sorprender .
Y al atardecer, cuando en la primera semana de agosto, G aún trabajando llegó tras una jornada de trabajo, hice la composición para montarlo con ayuda un poco de Aitana, y luego convencerla de que se quedase abajo tranquila con la chica que nos ayuda, para dar la sorpresa, menos mal que son muchos años juntos y se deja llevar y le gusta.
Y tan ricamente estuvimos en nuestro reservado particular, viendo anochecer, el servicio de catering ( yo misma baje e hice en el momento unos buenos filetes con ensalada ya preparada un rato antes especial de la casa , la nuestra )y fueron subidos raudos y veloces en el ascensor y así picando, bebiendo vino y charlando y riéndonos se nos pasó el rato de lo más agradable.
Una experiencia bonita y romántica llena de celebración, y que esta vez no iba acompañada ni de ningún bonito hotel, ni un súper restaurante, sólo especialidades de la casa que nos supieron a gloria en la tranquilidad de la noche, la la luz de las velas, las niñas abajo, todo controlado, y el silencio entrecortado de una noche veraniega con Madrid al fondo y las luces que dicen LOVE.
¿Y a ti como te gustaría que te sorprendieran?
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