Suele decirse que una imagen vale más que mil palabras. Y en internet puede que sea cierto, ya que es uno de los formatos de contenido más aprovechables y atractivos, por lo que cada día se comparten decenas de millones de éstos y algunas redes sociales están enteramente diseñadas para brindar protagonismo a las fotos.
Pero muchas veces ocurre que las fotos que se quieren utilizar -para cualquier finalidad- no cumplen con el formato que se busca, con la resolución deseada, con un perfil de color bien calibrado, por lo que se debe recurrir a la edición. Y aunque algunas situaciones puedan ser de escalado, de corrección de color, de edición básica, lo ideal es contar con herramientas que brinden calidad y rapidez.
El equilibrio entre calidad y rapidez
No todas las personas que trabajan con fotografías a diario dominan de cabo a rabo los programas de edición profesionales. Y bastantes veces es necesario tener más rapidez que meticulosidad, por lo que una edición de una hora por fotografía, para trabajos de decenas de fotos, puede ser contraproducente en todos los sentidos.En esos casos debe primar también la rapidez. En internet existen cientos de sitios webs de editores básicos, algunos incluso de edición por lotes, que prometen resultados que realmente no pueden alcanzar, porque utilizan sistemas muy elementales para realizar las ediciones.
Por esa razón, cuando se quieren trabajar con fotos para aumentar su calidad, reducir su peso, cambiar su resolución, pero incluso con todos los retoques no perder la transmisión del mensaje o el nivel de definición, lo mejor es optar por las herramientas más interesantes que existen en la actualidad: los editores de fotos que trabajan con inteligencia artificial (AI).
¿Qué es y cómo funciona un editor de fotos con Inteligencia Artificial?
Al momento de buscar resultados exponencialmente superiores al editar fotos, mejorar una imagen como explica OVANCE con recursos basados en Inteligencia Artificial puede ser la mejor decisión posible. No obstante, para encontrar las ventajas del método es necesario primero un acercamiento a la teoría básica de su funcionamiento.Los editores de fotos basados en Inteligencia Artificial utilizan sistemas de aprendizaje automático -en inglés, Machine Learning- para establecer protocolos de actuación o algoritmos basados en big data y a partir de allí saber reconocer parámetros comunes en fotos, y luego editar lo que sea conveniente de acuerdo a las necesidades del usuario.
Gracias a ese funcionamiento, mucho más complejo que las APIs utilizadas por los editores online convencionales, es posible que los editores basados en Inteligencia Artificial puedan reconocer los parámetros que requiere el escalado de una foto de 600x400 a resoluciones elevadas como los 3000 píxeles, sin que eso represente una pérdida de definición o calidad visual, puesto que el escalado se realiza utilizando los recursos del aprendizaje automático, que no tienen cabida de ninguna manera en las APIs, por su inherente complejidad.