Resulta evidente la manera como en años recientes se han producido para la mayoría de la población mundial, importantes cambios en las formas usadas para comunicarse. Así, el acceso a una red global que pone a disposición información al instante de todas las latitudes, el uso de instrumentos tecnológicos personales, tales como: computadores, Tablets, teléfonos inteligentes, unidades de almacenamiento con gran capacidad, entre otros, facilita a quienes poseen esta tecnología el acceder, recibir, enviar y manejar información, con lo cual las personas pueden disfrutar de una gran variedad de ventajas y opciones que les permiten mantenerse a tono con el desarrollo de la vida moderna. Aun así en el mundo aun existen personas que aun no hacen uso de las nuevas tecnologías que diariamente se va desarrollando.
Son diversas las razones por las que se produce la mencionada brecha digital; en primer lugar, la disponibilidad de los avances tecnológicos en el país donde habitamos, muchos países no pueden costear la inversión económica requerida para poner a disposición de sus ciudadanos estas facilidades. La capacidad económica de las personas para adquirir nueva tecnología, muchas veces los recursos tecnológicos existen en el entorno pero el acceso a ellos está limitado solo para quienes pueden suplir los elevados costos que estos representan. Debido a la rapidez con la que se van desarrollando las nuevas tecnologías se hace difícil poder mantenerse al día con la modernización, lo cual a veces parece que estamos atrasados.
En la llamada sociedad del conocimiento, en donde resulta vital el manejo oportuno de la información, esto conlleva una serie de dificultades para aquellos países o grupos sociales que se ha quedado al margen de la posibilidad de uso de esta tecnología. Ocurre una desinformación que coloca a la persona o país en desventaja en cuanto a sus posibilidades de conectarse, relacionarse, recibir y enviar información reciente. En el caso de las empresas, por ejemplo, muchas de ellas se ven impedidas de participar en relaciones comerciales con empresas internacionales por no poseer la tecnología necesaria que le permita emprender esas conexiones. Por otro lado, para las personas que no tienen posibilidad de usar la tecnología representa limitaciones en cuanto al desarrollo de vínculos sociales, mantener relaciones personales, oportunidad de cursar estudios especializados, actualizarse constantemente y acceder a información relevante para su crecimiento y formación personal, entre otras.
También ocurre una brecha digital en el caso de quienes aun teniendo a su disposición los avances tecnológicos no pueden utilizarlos por no poseer los conocimiento o destrezas necesarias para el manejo de los instrumentos tecnológicos, tal como ocurre muchas veces son los adultos mayores, a quienes suele dificultársele el proceso de adaptación para el uso de computadores, teléfonos modernos, sistemas digitales y otros.
En la medida en que la brecha digital no logra superarse aumenta aún más la distancia existente entre los países o grupos sociales que no manejan los avances tecnológicos y quienes si los tienen a su disposición. Con ello, se incrementan las limitaciones para el crecimiento, desarrollo y progreso de muchas personas, por lo cual, se requiere de un mayor esfuerzo y disposición de gobiernos y organismos internacionales que puedan contribuir a equiparar las posibilidades de acceso y uso de la tecnología para todas las personas a nivel mundial.