Precisamente, en el marco de esta problemática, se comenzaron a realizar experimentos con tecnologías que evitarán que una persona pueda arrancar su automóvil si consumió alcohol.
Sí, de la misma manera en la que ya se había hecho alusión en aquel episodio de Los Simpsons en el que Maggie tiene que permitir que el “alcoholímetro” mida sus niveles de alcohol para que Homer pudiera conducir.
Claro, en esta ocasión el auto experimental se ha creado en dos etapas que podemos llamar “prototipos”. Ambos se basan en el análisis de los niveles de alcohol, pero utilizan métodos diferentes. El primero, como en el episodio de Los Simpsons, analiza el aire exhalado por el conductor a través de su propia respiración. La diferencia es que no hace falta que el conductor sople a través de ningún dispositivo: el sensor se encuentra en el volante que, al estar a la altura del rostro de quien conduce, evalúa su aliento.
Por otro lado, se encuentra el otro prototipo experimental que se basa en detectar etanol a través de la piel. Para este caso particular, lo que se mide no es el nivel de alcoholización por el aliento, sino el nivel de alcohol en sangre. Por tanto, el sensor utilizado es un sensor por contacto que puede estar instalado en la palanca de cambios, en el botón de arranque del vehículo o cualquier otro similar.