Mi vida sin Verse
Viernes noche. Salgo de la oficina con una gran sed de cerveza, usual a estas alturas y horas de la semana. Me encuentro en una bar con unos amigos y compartimos todo lo que nos ha pasado esta semana, bueno, más que compartirlo lo ahogamos en cervezas. Al levantarnos mis dos amigos descubren que no llevan metálico, no pasa nada, es viernes y estoy de subidón así que lo pago todo yo. Vamos a un cajero, mis amigos sacan 50 euros cada uno y nos vamos a cenar a un mejicano nuevo que han abierto, hacía tiempo que le había echado el ojo y tenía ganas de ir. Nos pegamos el festín de nuestras vidas, además de tacos también pedimos quesadillas, margaritas, chupitos y todo lo que se precie. Llega el momento de pagar y el camarero no quiere dividir la cuenta. Nos pide que paguemos todo juntos. Como ya he indicado, los viernes a la noche suelo experimentar una especia de alegría, altruismo y amor hacia los seres que me rodean que me lleva a decir “ya pago yo y luego hacemos las cuentas”. Lo que también pasa los viernes a la noche es que no soy consciente de que “luego” no existe. Voy a pegarme los próximos meses de mi vida tratando de recuperar el dinero que me dejé en aquel mejicano, hasta que llegue el momento en el que comience a sentirme un tanto ruin de tanto pedir y dejaré de reclamarlo.
Mi vida con Verse
Viernes noche. Estoy esperando a dos amigos en la puerta del cine para entrar, como había bastante cola ya he comprado las entradas. Cuando llegan cada uno me paga el valor de su entrada a través de la aplicación del móvil y a un solo golpe de clic.
Salimos del cine y nos vamos a cenar. En ese momento nos acordamos de que el sábado es el cumpleaños de un amigo. Decidimos organizar un evento y comprarle un regalo entre todos. Para ello, organizamos un bote común en la aplicación Verse donde cada cual mete 30 euros para comprar el regalo, el alcohol y la cena del próximo sábado.
Visto que mañana vamos a tener fiesta decidimos comprar el regalo e irnos a casa pronto. Hemos ido al cine, a cenar, organizado una fiesta y comprado un regalo entre los tres y no nos debemos ni un euro ¿No te parece maravilloso?