Cuando Mark Zuckerberg anunció este año los cambios de algoritmo en Facebook e Instagram, todo el mundo se echó las manos a la cabeza.
Parecía que una amenaza nuclear nos acechaba a todos y que todo nuestro trabajo por crearnos una comunidad y tener visibilidad iba a ser en vano.
Al final, estamos hablando de redes sociales y, como su nombre indica, fueron creadas para sociabilizar. Por eso, el contenido que resulte menos relevante para la audiencia será menos visible.
¿Y cómo conseguimos arreglar este desastre? Es muy sencillo: creando comunidad
. Y comunidad no significa que publico y me voy a echarme una siesta esperando que me lluevan likes y comentarios por doquier. Crear comunidad significa invitar a nuestros seguidores a que interactúen con nuestras publicaciones: que compartan, comenten y se sientan parte de nuestro proyecto. Y, por supuesto, interactuar nosotros con ellos.
Es cuestión de lógica. Esto no es nuevo y es algo que deberías haber empezado a practicar mucho antes del cambio de algoritmo. De nada sirve que publiques contenido si tu audiencia no se implica: si no le emocionas y le invitas a participar.
Esto nos obliga a crear contenido sumamente cuidado y de calidad. A dejar de hacer “ruido” en redes sociales y aportar valor al público.
Para ello, no utilices las redes sociales como un elemento para vender y mostrar únicamente tus productos. Sino que comparte la experiencia que puede tener alguien si compra tu producto, humaniza tu marca y muestra los entresijos. A la gente le gusta ver que hay personas como ellos detrás de una marca: que sufren, sienten y padecen como ellos. Se llama empatía. Y cuando tu público empatiza contigo, tienes la mitad del trabajo hecho. Porque ya habrás conseguido entrar en sus corazoncitos y hacer que se sientan identificados contigo y con los
valores de tu marca.
La imagen es importante porque es lo primero que nuestros seguidores ven y es lo que les hará ir a leer el texto o no, pero no te olvides del texto. Ahí es donde puedes sacar todo el armamento pesado para enamorar y conquistar corazones. Ya no vale sólo con subir una foto bonita. Si quieres vender, tendrás que enamorar primero.
Como me decía mi madre el otro día en una conversación: “Hija, es que hay mucho de todo. Todo está saturado”. Y tiene toda la razón (ya sabemos que las madres son los seres más sabios del planeta). Por eso, tienes que buscar tu elemento diferenciador: comunicar, aportar valor y experiencia al usuario.
Pero esto es algo que tenías que haber hecho desde siempre y nada tiene que ver con el algoritmo. Entiendo que, hasta ahora, lo has hecho lo mejor que has sabido.
¡Pero es hora de que te pongas las pilas y cambies el chip!