En tiempo de crisis, una de las mayores preocupaciones es fidelizar a los clientes habituales, ya que supone la garantía de un indice más elevado de beneficio y a menor costo que la captación de clientes nuevos.
Los programas de fidelización bien diseñados son la mejor manera de mantener a nuestros clientes y mejorar las relaciones comerciales con ellos. Entre los más populares destacan las tarjetas de fidelización, por su simplicidad y por la vinculación emocional con el cliente.
Sin embargo, a la hora de desarrollar una estrategia de fidelización mediante el uso de tarjetas en PVC es muy importante conocer quiénes son nuestros clientes y qué quieren y, a partir de ello, determinar cuál será nuestro objetivo.
Por supuesto, es imprescindible estar al corriente de cuáles son las múltiples opciones que nos brindan las tarjetas de fidelización y escoger aquella que mejor se adapta a la estrategia que vamos a desarrollar.
El único problema, quizá será el lugar donde comprarlas, ya que en especialistas de tarjetas de PVC como Inditar puedes incluso imprimir con dato variable, porque son fabricantes, y sin embargo en otras no se puede.
Destacan los siguientes programas de fidelización de clientes usando las tarjetas plásticas:
Fidelización por puntos: Cada compra que realiza el cliente le permite acumular puntos o un porcentaje del importe de la compra, a través de su tarjeta cliente. Estos puntos o importes acumulados se canjean por premios o por productos de la empresa. Una tarjeta con banda magnética o código de barras integrado agiliza el proceso de identificación y de los puntos acumulado ya que permite guardar toda la información sobre el cliente y su historial de compra.
Fidelización por descuentos: En tiempo de crisis los consumidores se vuelven más selectivos con los precios y más duros en sus negociaciones, es por ello que se sienten muy atraídos por los descuentos. Las tarjetas descuento permiten fidelizar al cliente a través de precios competitivos, de una manera muy sencilla.
Tarjetas VIP: Su uso es muy similar al de las tarjetas descuentos, pero no tiene porque incluir una estrategia de precios, sino que se da un trato preferente al cliente mediante condiciones especiales en los servicios o las prestaciones. Es precisamente este trato diferenciado el que hace que el cliente se sienta vinculado al negocio y repita su compra.
Tarjetas regalo: Prácticamente imprescindibles en todo negocio. Cuando se trata de tener un detalle con alguna persona, la mayoría de las veces el cliente no sabe que comprar. En este contexto, las tarjetas regalo facilitan la decisión de compra y, en la mayoría de los casos, suponen un incremento del valor de venta ya que, en el momento de canjear el regalo, muchos clientes estarán dispuestos a pagar un suplemento para conseguir un producto de mayor valor que el correspondiente a la tarjeta.
Tarjetas de devolución: Como las tarjetas regalo, van asociadas a un importe determinado. Sin embargo, este importe va asociado al valor de producto que, previa compra, se ha decido devolver al establecimiento. De ese modo, se garantiza que la venta realizada no se pierda y, como sucede con la tarjeta regalo, es posible que se realice una inversión por un importe superior al original.