Lexar presentó a la sociedad la primera tarjeta de 256 GB, cuya capacidad de almacenamiento satisface la demanda del mercado y es un cuarto de terabyte envidiado por muchas computadoras portátiles. La tarjeta garantiza una velocidad mínima de transferencia de 60MB (400X), dispone de una interfaz UDMA7 y estará disponible en la primera mitad de año siendo el precio aún desconocido, aunque podría superar los 600 Euros, tanto o más que una cámara réflex digital de la gama de entrada, pero que garantizará horas y horas de grabación de películas en calidad 1080p.
La más grande tarjeta compact flash jamás fabricada
Lexar presentó a la sociedad la primera tarjeta de 256 GB, cuya capacidad de almacenamiento satisface la demanda del mercado y es un cuarto de terabyte envidiado por muchas computadoras portátiles. La tarjeta garantiza una velocidad mínima de transferencia de 60MB (400X), dispone de una interfaz UDMA7 y estará disponible en la primera mitad de año siendo el precio aún desconocido, aunque podría superar los 600 Euros, tanto o más que una cámara réflex digital de la gama de entrada, pero que garantizará horas y horas de grabación de películas en calidad 1080p.