Cuando el invierno da paso a la primavera, la naturaleza comienza a añadir colores a su paleta. A las ramas marrones y peladas les brotan hojas verdes, mientras que las primeras flores salpican de rojo y amarillo el paisaje; es un momento fantástico para ser fotógrafo.
Cuando salgas a tomas fotografías ¿por qué no creas una interesante colección de imágenes de un lugar? Primero toma unas pocas vistas generales de la escena y después acércate para capturar los detalles.
Paisajes de primavera
El éxito de la fotografía de un paisaje depende de la composición y la luz. Ayuda incluir algo en primer plano: un muro o una valla, por ejemplo. Esto le proporciona una escala a la imagen y dirige la vista a la imagen.
No tienes que disparar desde el nivel normal del ojo. Acercar la cámara al suelo puede significar que lo que antes era un insignificante macizo de flores ahora se convierta en el interés del primer plano. Los disparos de ángulo bajo funcionan mejor con la cámara en posición vertical.
Recuerda también la regla de tercios. Imagina que dos líneas verticales dividen la imagen en tres segmentos iguales. Colocar uno de los sujetos principales, como un árbol o un edificio, cerca de una de esas líneas normalmente hará la imagen más dinámica que si colocamos el sujeto principal en el centro.