"Mirada Invisible" es el nombre de la muestra que reúne en la Biblioteca Vasconcelos de la capital mexicana 105 fotografías realizadas por fotógrafos ciegos, que en su mayoría perdieron la vista en la infancia.
"Estas fotografías no sólo retratan cómo viven y perciben los ciegos, sino que ponen al descubierto que no sólo los ojos son capaces de ver", aseguró.
Imágenes sobre viajes, el carnaval de Nueva Orleans, paisajes urbanos, la comunidad ciega del Estado de Oaxaca (sur de México), desnudos, retratos familiares y de personas discapacitadas, paisajes y collages, son algunas de las temáticas plasmadas en el trabajo de estos fotógrafos.
La exposición diferencia entre fotografías que fueron captadas en función a lo que sus autores imaginaron, aquellas que tomaron según sus propias percepciones sensoriales y las que aportan personas con ceguera parcial que pretendían ampliar en papel escenas que en la realidad ven a menor tamaño.
Según explicó Mayer, la organizadora de la exposición, los autores aplicaron distintas técnicas que van desde el montaje, los retratos con escáner, las fotografías de exteriores y las tomadas en total oscuridad con una cámara que mantiene abierto el obturador para alargar el tiempo de exposición.
"Los ciegos -destacó- no se limitan a lo existente y ya establecido sino que ellos imaginan, ven con el olfato, el tacto, el oído y el gusto".
A su juicio, la discapacidad de los ciegos pone en cuestión la "discapacidad de los normales" ya que los que pueden ver "creen ciegamente" en lo que sus ojos tienen delante mientras que los que no ven ya están advertidos.
Mirada Invisible es la primera exposición colectiva internacional de fotógrafos ciegos y fue coordinada por el fotógrafo norteamericano Douglas McCulloh.
Los fotógrafos Evgen Bavcar, Pete Eckert, Alice Wingwall, Ralph Baker, Henry Butler, Rosita MacKenzie, Gerardo Nigenda, Bruce Hall, Annie Hesse, Michel Richard y Kurt Weston, son algunos de los protagonistas de la muestra.
Entre ellos destaca Baker, quien hace fotografía callejera en Nueva York y cobra por cada retrato entre veinte y treinta dólares (14 y 21 euros).
Se calcula que aproximadamente el uno por ciento de la población mundial es invidente, lo que supone una décima parte de las personas con discapacidad.