Cada vez oímos hablar más a menudo de Big Data, pero aún más a menudo nos damos cuenta de que quienes utilizan esta expresión no conocen realmente su significado. Por eso, es legítimo preguntarse qué son los Big Data, por qué son tan recurrentes en la prensa online y offline, sobre todo en la de marketing e informática, y qué significan los Big Data para los distintos sectores.
Para entender bien lo que es el Big Data, no es necesario desgranar complejas definiciones que harían sonrojar al mismísimo Einstein, sino que basta con comprender el significado más profundo del término y cómo se puede notar su influencia en la vida cotidiana. Y si te interesa estudiarlo más a fondo, no puedes dejar de leer el siguiente post: https://melsystems.es/estudiar-big-data-garantia-trabajo/
Es importante empezar diciendo que el término Big Data en sí mismo es algo engañoso. La traducción big data o grandes datos, de hecho, hace pensar en la enorme cantidad de datos disponibles hoy en día en diversos sectores y, automáticamente, lleva a la conclusión de que la revolución del Big Data significa las oportunidades disponibles hoy en día para tener tanta información al servicio de los negocios.
Esta conclusión es mínimamente cierta. También porque hay sectores en los que los datos, aunque sean realmente ingentes, no siempre están disponibles para todos y, sobre todo, no siempre se comparten.
Dejando de lado este aspecto, que se abordará al final, la cantidad real de datos que se generan hoy en día es anormal: desde los teléfonos hasta las tarjetas de crédito utilizadas para las compras, desde la televisión hasta el almacenamiento necesario para las aplicaciones informáticas, desde las infraestructuras inteligentes de las ciudades hasta los sensores montados en los edificios, en los transportes públicos y privados, etc.
Los datos se generan con un flujo tan creciente que toda la información acumulada durante los dos últimos años ha superado el orden de los Zettabytes, marcando un récord para la civilización humana.
Sin embargo, como decíamos, aunque realmente existe una cantidad indescriptible de datos, la verdadera revolución a la que nos referimos cuando hablamos de Big Data no es ésta, sino la capacidad de utilizar toda esa información para procesar, analizar y encontrar evidencias objetivas sobre diversos temas.
El verdadero significado de la expresión Big Data
La revolución del Big Data y, en general, el término Big Data se refiere precisamente a lo que se puede hacer con toda esta cantidad de información, es decir, los algoritmos capaces de tratar tantas variables en poco tiempo y con pocos recursos computacionales.
La comparación no se hace esperar: hasta hace poco, un científico que analizara una montaña de datos que hoy definiríamos como Small o Medium Data habría tardado mucho tiempo y habría utilizado ordenadores centrales que costaban más de 2 millones de dólares. Hoy en día, con un simple algoritmo, esa misma información puede procesarse en cuestión de horas, quizá utilizando un simple ordenador portátil para acceder a la plataforma de análisis.
Es la revolución del Big Data. Es el Big Data que presupone nuevas capacidades para enlazar la información y proporcionar un enfoque visual de los datos, sugiriendo patrones y modelos de interpretación hasta ahora inimaginables.
Y lo mejor es que el Big Data no sólo afecta al sector de las TI. De hecho, si la tecnología de la información representa para el Big Data el gran punto de partida con las herramientas necesarias como la computación en la nube, los algoritmos de búsqueda, etc., por otro lado el Big Data es necesario y útil en los más diversos mercados empresariales, desde la automoción a la medicina, desde el comercio a la astronomía, desde la biología a la química farmacéutica, desde las finanzas al juego. No se puede decir que ningún sector en el que haya marketing y datos que analizar salga indemne de la revolución del Big Data.
El Big Data es capaz de hacer
En marketing, el uso de Big Data es familiar en la construcción de los llamados métodos de recomendación, como los que utilizan Netflix y Amazon para hacer propuestas de compra basadas en los intereses de un cliente sobre los de millones de otros. Todos los datos procedentes de la navegación de un usuario, de sus compras anteriores, de los productos evaluados o investigados permiten a los gigantes del comercio (electrónico y no) sugerir los productos más adecuados a los fines del cliente, los que hacen cosquillas a su curiosidad y le empujan a comprar por necesidad momentánea o permanente o por simple impulso. Pertenecientes al Big Data son los algoritmos capaces de predecir si una compradora está embarazada, rastreando sus búsquedas en la web y los artículos adquiridos previamente, como lociones y demás. Una vez identificado el estatus particular, a ese mismo usuario se le ofrecen ofertas y cupones especiales en productos relacionados con su estatus.
Con la ayuda del Big Data, las mismas empresas que emiten tarjetas de crédito han identificado asociaciones inusuales para evaluar el riesgo financiero de una persona. De hecho, según algunas investigaciones de extracción de datos, las personas que compran muebles de fieltro son los mejores clientes para los prestamistas porque son más cuidadosos y tienen más probabilidades de pagar sus deudas a tiempo.
En el ámbito público, hay todo tipo de aplicaciones para el Big Data:
- El envío de la policía dónde y cómo es más probable que se produzcan los delitos.
- El estudio de las asociaciones entre la calidad del aire y la salud.
- Análisis genómico para mejorar la resistencia a la sequía de los cultivos de arroz.
- Crear modelos para analizar los datos de los seres vivos en las ciencias de la vida.
- Y mucho más.
Un problema de Big Data, el intercambio de información
Un último ejemplo, quizá el más adecuado, es el proyecto liderado por Google. Analizando los grupos de términos de búsqueda tecleados por los usuarios en su motor, Moutain View había conseguido predecir (sólo en 2008) la evolución de los brotes de gripe en EE.UU. con mayor rapidez que el propio Ministerio de Sanidad había logrado hacerlo utilizando los registros de ingresos hospitalarios de los centros sanitarios públicos y privados.
Todo esto suena a ciencia ficción, pero, en realidad, es sólo una pequeña fracción de lo que el Big Data podría hacer.
Por muy sencillo que parezca, la evolución del Big Data no está al alcance de toda la humanidad. El principal obstáculo a superar es la desconfianza de las empresas, los centros de investigación y algunos científicos a la hora de compartir los datos sobre los que podría trabajar el Big Data. Para demostrarlo, basta pensar en las Universidades donde se realizan algunos estudios a cuyos datos y material de trabajo original no se da libre acceso, si no se forma parte del equipo de coautores.
Así, el campo de la medicina representa aquel en el que quizás se produce el mayor despilfarro de datos y las peores consecuencias: a pesar de la existencia de los medios que proporciona el Big Data, cada día siguen muriendo millones de personas, también porque los datos no se comparten.