El corazón de la hormiga
Voy a sacar las uñas.
Las uñas y las garras para treparme a
tu caparazón.
Ese caparazón hermético que tiene
encerrado.
Atrapado.
Escondido.
Esperándome (...)
Y desde lo alto de tu encierro, desde
allá arriba y sin miedo,
me voy a dejar caer al precipicio de
tu no se qué que me tiene así.
Así.
Idiota (...)
Idiota por ese qué se yo tan tuyo,
que desde que te vi
lo quiero solo para mí.
Luciana Salvador Serradell