España no vetará la presencia de tecnología china en su red 5G. Eso sí, exigirá "las máximas condiciones de seguridad tecnológica, acceso a los datos, autonomía y privacidad" en el despliegue de esta nueva red de comunicaciones, lo que concierne directamente a los proveedores chinos. Así se lo ha expresado Pedro Sánchez a uno de los principales responsables de la diplomacia china, Yang Jiechi, en una reunión que han mantenido este jueves en La Moncloa.
La posición española coincide con la postura recomendada por la UE. Bruselas ha llevado a cabo una extensa investigación de la tecnología china 5G desde finales de 2019, cuando EEUU impugnó a su principal fabricante en este sector, Huawei, acusándolo de dejar agujeros de seguridad en sus dispositivos que permiten el espionaje y los ciberataques de los hackers que trabajan para el Gobierno de su país.
China y Huawei negaron desde el principio las acusaciones. Aunque Bruselas no ha encontrado pruebas que demuestren esa estrategia oculta por parte del fabricante y tampoco ha pedido a los estados miembros que eviten los productos chinos, sí que ha desarrollado un extenso paquete de medidas de seguridad para intentar blindar la seguridad de la red 5G europea.
España es uno de los países europeos que ha hecho una mayor apuesta por el 5G. La visita del mandatario del gigante asiático, director de la Comisión de Asuntos Exteriores del Partido Comunista de China, se produce horas después de que Telefónica encendiera oficialmente su red 5G, dando el pistoletazo de salida en la carrera entre operadores. Telefónica promete lograr una cobertura del 75% de la población antes de final de año. Vodafone comenzó a conectar ciudades con su 5G en el verano de 2019 y ya está disponible en las principales urbes, mientras que se espera que Orange siga estos pasos y empiece a ofrecer este servicio en las próximas semanas.
El 5G está llamado a protagonizar una nueva revolución en las telecomunicaciones, aumentando la velocidad de transferencia de datos y disminuyendo la latencia. Esto puede resultar clave en procesos como la computación en la nube, la robotización o la inteligencia artificial. Se espera que el 5G impulse la automatización en sectores como la industria, el transporte, la banca, el turismo o la sanidad, así como que facilite el despegue definitivo de negocios como el del hogar inteligente y el Internet de las Cosas.
Sin embargo, la denuncia de EEUU sobre la tecnología china puso en entredicho todo el despliegue, puesto que varios equipamientos fabricados por Huawei, como los dispositivos que se usan para la transferencia de datos entre el emisor y la antena que lo recibe, son de los más avanzados del mercado. Las empresas estadounidenses se encuentran a mucha distancia y aunque la finlandesa Nokia y la sueca Ericsson son dos de las compañías más avanzadas en Europa en el desarrollo de la tecnología 5G, no llegan al nivel de Huawei en esos determinados equipamientos.
En España, Huawei tiene cuotas superiores al 30% en las redes de algunos operadores, como Vodafone. Las ratios son similares en muchos países europeos. Renunciar completamente a sus productos habría retrasado unos dos años el despliegue del 5G en el continente, explicaron a elDiario.es fuentes del sector.
La acusación de la administración Trump se produjo justo cuando Huawei estaba a punto de cerrar varios acuerdos con más países europeos para distribuir sus productos. Se encuadró dentro de la pugna geoestratégica que se desarrolla entre las dos potencias, en la que la tecnología digital juega un papel clave. Washington presionó a sus socios para que dieran de lado a las empresas chinas y vetó que sus multinacionales digitales implantaran su software en el hardware de Huawei. Esto provocó por ejemplo que los móviles del fabricante chino, cuyos modelos habían sido de los más vendidos en España hasta entonces, dejaran de poder utilizar el sistema operativo Android, diseñado por Google.
Pese a las trabas, España no ha bloqueado el empleo de tecnología de Huawei y de hecho algunos de sus productos 5G han recibido la certificación de seguridad del CNI, como ocurrió el pasado 4 de junio. Eso sí, la vigilancia se mantiene y las medidas de seguridad no se han relajado: "Con la certificación de este producto en concreto de la marca, no se puede inferir en ningún caso un aval de la seguridad de la tecnología de Huawei", declaró el subdirector del Consejo de Ciberseguridad Nacional.
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