El Internet de las cosas

El Internet de las Cosas o IoT por sus siglas en inglés (Internet of Things) es un concepto que propuso Kevin Aston en 1999 y que ha ido tomando cada vez más peso a lo largo de los años. Podríamos definirlo como la interconexión a través de Internet de dispositivos y objetos.

En un principio estaba limitado a ordenadores o teléfonos inteligentes, pero ahora abarca cualquier objeto que podamos imaginar, desde electrodomésticos, vehículos o cámaras hasta muebles, ropa o calzado.

Al estar estos objetos conectados a una red pueden realizar nuevas funciones, como enviar y recibir datos para mantenernos alertas ante los cambios, de manera que obtienen inteligencia digital y, por tanto, se añade comodidad a nuestras vidas.

Ejemplo práctico de Internet en el hogar

Si tenemos nuestro frigorífico conectado a la red, éste podría indicarnos si se está produciendo alguna avería o incluso avisarnos de que algún alimento va a caducar. Otro uso que está más integrado en nuestro día a día es el de las cámaras de seguridad, al conectarlas a Internet, éstas nos mandarán avisos al móvil cuando alguien esté entrando en nuestra casa.

En el entorno empresarial

Pero el Internet de las Cosas no sólo tiene aplicaciones para la vida cotidiana, también puede usarse en el entorno empresarial y de negocios. Una función sería, por ejemplo, la de conectar máquinas a la red para que analizasen datos y generasen alarmas en el momento en el que se esté produciendo algún error.

También puede utilizarse en la agricultura, para mejorar la productividad controlando tanto la maquinaria, como los sistemas de riego o incluso la cantidad de fertilizantes, o en la ganadería, de manera que se controle más fácilmente a los animales.

Otro sector donde está cogiendo peso el Internet de las Cosas es en el de la salud. Los hospitales y clínicas lo utilizan para monitorizar a los pacientes, a través de dispositivos que controlan las pulsaciones o la presión sanguínea o incluso con camas inteligentes que detectan cuando el paciente se va a levantar.

En el sector medioambiental también están haciéndose un hueco los dispositivos IoT, que proporcionan información a través de sensores atmosféricos, meteorológicos y sísmicos.

Beneficios del Internet de las Cosas

Como podemos observar con los ejemplos de sectores que utilizan el Internet de las Cosas, éste aporta muchos beneficios, entre los que también encontramos:

La creación de nuevos modelos de negocios de servicios con información a tiempo real.

Las empresas pueden recolectar más y mejores datos para poder ofrecer nuevos productos y servicios a los clientes y, de esta manera, mejorar su experiencia.

Al poder llevar un control de las herramientas, muchas tareas pueden automatizarse y se agiliza la toma de decisiones y, por tanto, aumenta la productividad.

Junto al aumento de la productividad, también se produce un aumento de la eficiencia y se optimiza la producción.

Mejora las conexiones en zonas de difícil acceso o donde no hay buena cobertura.

Gracias a que es una tecnología barata, se reducen los gastos. Además, también contribuye a disminuir el consumo de energía.

Como hemos visto en algunos de los usos que se hacen de esta tecnología, muchos de ellos están orientados a mejorar la seguridad. Además, no sólo contribuye a mejorar la seguridad física, sino que al combinarlo con servicios en la nube, también mejora la protección de los datos y de la información.

Riesgos

A pesar de todos los beneficios que conlleva el Internet de las Cosas, también existen riesgos.

Los mayores riesgos están relacionados con los dispositivos conectados a la red que tenemos en casa. Debemos tener cuidado con estos aparatos ya que pueden sufrir ataques cibernéticos, lo que además de acceder y robarnos nuestros datos e información, también puede hacer que nuestra casa quede vulnerable.

Por ello, deberemos darle importancia a utilizar contraseñas complejas, no utilizar redes de Wi-Fi abiertas y utilizar conexiones encriptadas.

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Etiquetas: Internet

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