En cada uno de los posts os he hablado de tal o cual marca, la gran mayoría pequeños productores locales y artesanos. Hoy os traigo, para cerrar esta breve serie y a modo de guinda del pastel, una recopilación de ideas de otro tipo de regalos, para mí, sin duda, los mejores.
Ir a buscarle por sorpresa al trabajo para comer juntos o para ir a dar un paseo, prepararle su desayuno favorito un día entre semana, apagar el móvil y la tele una noche y jugar a cartas mientras escuchas música, preparar una bañera espumosa y encender unas velas aromáticas, beber vino mientras tomas ese baño caliente, escribir una carta explicándole qué es lo que tiene que te vuelve loca, salir a bailar, enmarcar una foto vuestra y ponerla en el salón, cocinar juntos, escuchar todas sus penas sólo para que se desahogue, sin juzgar, ni opinar, ni querer cambiar, contarle ese chiste que le encanta para que ría hasta llorar, una sesión de peli y palomitas, leerle en voz alta su novela favorita, decirle porqué te hace sentir orgullosa…
Estar presente. Ser consciente de las necesidades del otro. Dejar claro que te importa. Poner en evidencia que quieres su bienestar. Que estás ahí para cuando más te necesite. Estar presente. Estar.
Todo esto, para mí, es mejor que cualquier cosa que se pueda comprar. Y no sólo durante las vacaciones, sino cada día. Todos los días. Todos los años. Lo que se ha convertido en el Manifesto de este blog y de lo que intento que sea mi vida.
Cuando pasas penurias económicas, parece que las Navidades, los cumpleaños o las fechas señaladas son todavía más crudas al no poder regalar tal cosa o tal otra. Y nos sabe mal no poder comprar tal juguete o tal libro. Y esperamos que en el año que entra la suerte nos sonría un poco más y la economía cambie y la crisis se acabe y así podremos ser felices de nuevo. Pero estamos muy equivocados. Porque lo más importante que necesitamos, ya lo tenemos. Tenemos nuestro cerebro, nuestro corazón y nuestra imaginación, para hacer sentir a los demás que son parte esencial y básica en nuestra vida. Y qué mejor regalo que hacer saber al otro que es necesario, que cuenta, que es especial.
No me gustaría que todo esto sonara a eslogan publicitario, a campaña de Ikea o de Mastercard, ni tampoco a psicología barata. Hablo de una manera de ver el mundo, de concebir las relaciones humanas, de cómo recorrer este camino.
Estoy segura de que si pensáis en una persona que os importa y que queréis, os saldrá una buena lista de todo aquello que más le gusta y que no cuesta un duro. Que el dinero no sea una excusa ni una barrera para hacer sentir vuestro cariño hacia los demás.
Voy a poner en práctica esto de estar presente y me tomo unas breves vacaciones de blog, una semanita de descanso para ir cerrando este 2014 que tantas cosas buenas me ha traído. El lunes que viene nos leemos de nuevo.
¡Feliz Navidad a todos!