Me encantaban, tengo una colección bastante grandota porque siempre andaba en busca del white terrier y tardó mucho en salir, recuerdo el día en que abrí la bolsita y al verlo me sentí la niña más feliz del universo, jajaja. El perrito favorito de mi infancia es el prota de hoy, el que he utilizado para hacer el collar.
Lo que más me costó fue agujerear al animalillo, el resto es pan comido y los materiales seguro que los tenéis por casa. Yo he cogido la anilla de una de estas cosas para colgar monigotes en el móvil que hoy en día prácticamente ni se utilizan y para hacer el agujero me ayudé de una chincheta. Finalmente le puse una cadena plateada et voilà, ya tengo colgante perruno.
¿Qué os parece? Yo me he vuelto a enamorar del perrito y ahora lo tengo algo más visible, tendré que hacerme con más ganchos y cadenas para sacar a sus compis del cajón.
Me despido por esta semana, disfrutad mucho, ¡besotes gigantescos!