Un estudio concluye que al chatear con el móvil podemos llegar a ejercer sobre las cervicales una fuerza de 27 kilos.
Vas en el bus, con tu smartphone, leyendo esto. Miras a tu alrededor. Toda la gente que te rodea hace lo mismo que tú. Dobla el espinazo para ver la pantallita y jugar al CandyCrush, leer las noticias o simplemente chatear con amigos y enemigos. Calcula ahora cuántas horas al día puedes pasar en esa postura. ¿Cuál es el problema? Según un reciente estudio publicado por el cirujano Kenneth K. Hansraj, con una inclinación de 60 grados ejerces sobre tu cervicales una fuerza de 27 kilos. Una bomba de relojería con nombre de cuello de mensaje (podría traducirse como cuello de guasap). Una dolencia propia del siglo XXI.
"Empece a fijarme en la postura al ver a muchos jóvenes entrando en mi consulta con dolor de cuello y espalda", explica en un correo electrónico el autor, jefe del medicina cervical en un hospital neoyorquino. Su estudio recoge los diversos grados de inclinación de cabeza y cuello, "con un peso medio de seis kilos y el centro de masa situado a 15 centímetros de lo alto de la cabeza". Tras contratar a unos ingenieros que desarrollasen un software, se realizaron los cálculos en newtons y luego los convirtieron a medidas de peso, más comprensibles para el gran público.
Siempre hablando de adultos, las cifras van desde los 12 kilos a 15 grados de inclinación hasta los 27 kilos de los 60 grados, pasando por los 30 grados/18 kilos y los 45 grados/22 kilos. "La gente se pasa al día una media de entre dos y cuatro horas con la cabeza inclinada, leyendo y escribiendo en sus smartphones y dispositivos", continúa en el correo. "Acumulado, esto es de 700 a 1.400 horas al año con estrés excesivo en las vertebras cervicales". Advierte que "la pérdida de la curvatura natural incrementa el estrés en las cervicales y puede llevar a un desgaste prematuro, degeneración y posiblemente cirugías" y apunta que, en el caso de los adolescentes, esta cifra podría subir hasta las 5.000 horas.
Hansraj comenta que, dado que es imposible evitar las tecnologías que causan estos problemas, habría que hacer un esfuerzo activo por mirar al teléfono en una postura neutral y evitar pasar horas y horas encorvado. Otra posible medida sería practicar un ejercicio con el cuello. Sugiere empezar moviendo las vértebras, flexionando, extendiendo, ladeando e inclinando el cuello, para luego usar las manos para hacer resistencia y empujar contra ellas; o practicar la postura de yoga perro ascendente, una gran manera de fortalecer las extremidades superiores, cuello y hombros.
Aunque la denuncia de esta dolencia del siglo XXI no es nueva, Hasnraj ha conseguido hacer una buena comparativa, traduciendo a medidas de peso el estrés continuado. Ahora vuelves a mirar a alrededor en el vagón. Imaginas a la gente que está doblando el espinazo con 27 kilos cargados al cuello, un niño de ocho años, un perro mediano. No parece saludable. Levantas el móvil y lo pones frente a tus ojos. Has dado el primer paso.