La aplicación española de rastreo de contagios, Radar COVID, funciona. Al menos, a nivel tecnológico. Un estudio publicado este martes en la revista Nature por investigadores independientes, en el que también han participado los desarrolladores de la app, ha contrastado que Radar COVID detecta una media de 6,3 contactos de riesgo por cada usuario que comunica su contagio al sistema. De ellos "un porcentaje significativo" se registran entre extraños, es decir, entre personas que no se conocen y que más dificultades entrañan para los rastreadores manuales.
Eso sí: los investigadores recalcan que es necesario que las autoridades fomenten su uso y recuerden a los ciudadanos la disponibilidad de la herramienta. "A priori, esta tecnología funciona y después de las campañas de comunicación adecuadas podría tener el nivel suficiente de penetración y cumplimiento para ayudar y servir como un complemento útil para el rastreo manual de contactos y otras intervenciones no farmacéuticas en la contención de brotes epidémicos, justificando así su despliegue a nivel nacional", recoge el estudio.
La investigación se llevó a cabo entre junio y julio de 2020, durante el proyecto piloto que el Gobierno llevó a cabo con Radar COVID en la isla canaria de La Gomera, en el que se emplearon contagios simulados. Dada la ausencia de investigaciones sobre esta tecnología, que emplea el bluetooth de los móviles, el estudio recalca que estos datos de efectividad de Radar COVD representan una "muy necesaria evidencia empírica de la utilidad del rastreo de contactos digital como una herramienta epidemiológica complementaria a nivel nacional para la contención de COVID-19".
Los más de 15 académicos y expertos firmantes, entre los que hay profesores de universidad españolas e internacionales o abogadas especializadas en la auditoría de sistemas y la ética de datos, supervisaron el funcionamiento de la app y llevaron a cabo encuestas con los voluntarios participantes. Sus resultados confirman las cifras que ofreció el Gobierno en julio tras el piloto.
Los investigadores encontraron varios puntos fuertes de la app. "Después de una importante campaña de comunicación, estimamos que al menos el 33% de la población adoptó la tecnología", refieren. Instalada por un tercio de la población, Radar COVID fue capaz de tener un impacto en el rastreo de contagios.
Además, obtuvo tasas "relativamente altas" en cuanto a "adherencia" (personas que descargaron la app y continuaban usándola diez días después), "cumplimiento" (personas que comunicaron a la app su positivo en coronavirus a través del código de 12 dígitos enviado por los servicios sanitarios), así como un rápido "tiempo de respuesta" (que incluye dos factores: las personas que comunican su positivo a la app en las 24 horas siguientes a recibir los resultados de la PCR; y el tiempo que pasa desde que introducen el código hasta que sus contactos cercanos reciben la notificación de Radar COVID).
Por otro lado, entre los puntos débiles destacan el bajo índice de personas que, habiéndoseles notificado su contacto de riesgo a través de la app, deciden ponerse en contacto con los servicios sanitarios. Este hallazgo, unido al hecho de que el piloto de La Gomera se realizó tras esa "importante campaña de comunicación" entre la población de la isla, hace que los investigadores consideren indispensable que las autoridades fomenten su uso para que el sistema tenga éxito.
Este lunes, la vicepresidenta de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, incidió en la misma cuestión, instando a las autonomías a "dar un empujón" a la implantación de Radar COVID. "Una vez que esta app ha sido puesta a disposición de las comunidades autónomas, lo importante es que se suministre a las personas que tienen un PCR positivo un código que les permita introducirlo en la app", recalcó: "Es imprescindible acelerar el reparto de estos códigos para que la app pueda desplegar plenamente su efecto y contribuir a los trabajos de rastreo y de lucha contra la expansión del virus en nuestro país".
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