Nada es casualidad en los supermercados que visitar a diario. Te desvelamos algunas de sus estrategias de marketing.
¿Alguna vez has ido al supermercado a comprar un producto concreto y has acabado llevándote varias cosas más? Quizá sería más adecuado plantear la pregunta al revés… ¿eres capaz de entrar en uno de esos centros y salir únicamente con aquello que tenías en mente desde el principio? Por supuesto que es normal que de vez en cuando tengamos un capricho, o que recordemos de pronto ese artículo que nos hace falta y que siempre olvidamos. Pero del mismo modo, es cierto que los grandes comercios utilizan estrategias para persuadir al consumidor e introducir en su mente las ideas que les convienen.
En el blog «22 Words» hemos encontrado una buena recopilación de estas acciones de marketing. Una de los más conocidos es la de la organización de los productos en las estanterías. Aquellos pensados para atraer a los niños se colocan a baja altura, de modo que puedan cogerlos y soltar esa frase que aterroriza a padres y madres en todo el mundo: «¿me compras esto?». Otro ejemplo son los productos dietéticos o bajos en calorías: a menudo se ubican lo más cerca posible de la puerta de entrada. Así puedes meterlos en tu carrito y dirigirte hacia secciones menos saludables con la conciencia tranquila.
Los productos de primera necesidad tampoco están colocados al azar. Rara vez verás la leche al lado del pan. Se trata de que recorras toda la tienda incluso para hacer una compra básica, incrementando las posibilidades de que tu mirada caiga en alguna cosa «extra». Por cierto, ¿te has fijado en que los pasillos suelen ser estrechos hasta en los ‘súper’ más grandes? No es más que otra forma de obligarte a pasar muy cerca de todo aquello que tal vez no necesites, pero que podrías comprar siguiendo un impulso. Es más complicado mirar al frente si necesitamos mirar constantemente a izquierda y derecha para no tropezar.
Extraña es ya la cadena de supermercados que no cuenta con un programa de fidelización para sus clientes. Muchos de ellos ofrecen descuentos, premios y otra serie de ventajas interesantes. Pero, aunque es probable que no te hayas dado cuenta, entregas algo a cambio de esos beneficios: valiosa información sobre tu perfil y tus hábitos de compra, que es usada para trazar estrategias publicitarias. También los carritos se diseñan pensando en el comportamiento del consumidor. Existen estudios que prueban que tenemos tendencia a llevarnos más artículos si el carro es de gran tamaño.
Para terminar, uno tan evidente que puede demostrarse a través de las matemáticas. Seguro que has visto cientos de veces la clásica oferta del estilo «si se lleva dos, el segundo al 50%». Esto es, si un producto cuesta 5 euros, llevarte dos te costaría 7.50 en total. Sin descuento el gasto sería de 10 euros, así que siendo rigurosos el ahorro real sería simplemente de un 25%. Pero… ¿verdad que suena mucho mejor eso de comprar a mitad de precio? Ahora ya lo sabes: si lo que quieres es hacer una compra responsable, haz cuentas y piénsalo bien antes de dejarte seducir por las ofertas.
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