Como en ocasiones anteriores, anuncio sin complejos que esta entrada supone un emergente en mi planificación de contenidos. Un emergente más que justificado por la situación y en pos de mis propósitos, tanto personales como en lo que respecta a la escritura del blog. ¿Qué vas a leer entonces? Un post sobre el valor específico del contexto individual en el tránsito de profesionalizar un blog y tres lecciones aprendidas en tiempo récord que, si funcionan como espero, van a allanarte el camino hacia el espacio que soñás.
Sin lectores, no hay blog.
Tomar la decisión de profesionalizar mi blog supuso desde el momento cero, un aprendizaje enriquecedor y sostenido. La adquisición de "ese tipo de conocimiento" que no se produce de otra forma que no sea con la experiencia.
Convengamos algo: sumar experiencia a tu bagaje personal significa -entre otras cosas- equivocarte todo lo que sea necesario y más. Como no soy la excepción a ninguna regla (al menos a ninguna que se me ocurra) experimento y cometo errores como en la vida misma. En ocasiones con elegancia y en otras menos afortunadas, con total torpeza. Me consuelo reiterándome en voz baja que vos sabés que mis acciones tienen como origen la motivación de darle sentido a la teoría y como meta compartir contigo ese conocimiento. Anhelo que así sea y agradezco infinitamente cuando me escribís para confirmarlo o para contradecirlo.
Sí. También agradezco cuando me escriben para cuestionarme. Me considero una persona de suerte. Quienes me leen y comentan son tan amables como educadas. Denotan en sus palabras respeto por el trabajo y las aspiraciones ajenas. Porque comparten la emoción de tener un blog o simplemente porque sienten que tienen que advertirme sobre determinada acción que les incomoda y puede ser extensiva a otras lectoras. Si estás en esa situación, te animo a que me escribas contándome tu inquietud. Largo y tendido. Siempre leo los correos y, aunque cada vez es más complejo responder inmediatamente, respondo sin excepción cada uno.
Son estas intervenciones espontáneas de una lectora las que más me enseñan sobre el hecho en sí de escribir un blog. Al menos desde la perspectiva en la que pretendo escribirlo: comprendiendo la interacción como el factor determinante en la existencia de un espacio profesional. Este post nace de la lectura de un mensaje escrito por alguien a quien aprecio y que no es la primera vez que me ofrece su perspectiva como lección personal.
Dicho esto, comienzo entonces a desarrollar el asunto que te interesa, por qué le doy tanta importancia al contexto individual y cuáles son las tres lecciones que aprendí y quiero compartir contigo.
El contexto sí importa.
Este texto llega con retraso porque ayer fue el sexto cumpleaños de mi hijo. Una celebración en el sentido más amplio del término: es el festejo de su existencia en nuestras vidas y de la experiencia de ser padres. Como todo momento de celebración, no está exento de conflictos. Creéme, no solo en tu familia son complicadas estas circunstancias. En todas las familias, las celebraciones exponen pequeñas tensiones internas que afloran precisamente cuando vos querrías que la vida fuera perfectamente zen.
Te cuento esto para que sepas que, si bien octubre es un mes especial para mí por ser el mes de nacimiento de Camilo, pensar en su fiesta de cumpleaños puede ser un ejercicio de control mental en una familia numerosa, diversa, de ascendencia italiana y tan convencional -y disfuncional- como lo pueden ser todas las familias sobre la tierra. El 13 de octubre es mi día preferido del año, sin embargo, supone niveles de ansiedad y estrés que no sé cuántas madres lograrán comprender. Un estrés que va más allá del deseo de que todo salga perfecto porque está estrechamente ligado a las personas, sus vínculos y conflictos.
Sin duda, este era el contexto menos favorable para desarrollar ningún tipo de iniciativa en el blog y tenía plena consciencia de esto. También es cierto que necesitaba el desafío porque es la forma de ponerme en acción y evitar toda sombra de procrastinación. Así que, asumiendo que probablemente fuera un inicio accidentado y "poco profesional", me propuse seguir adelante. Por comprobar si tienen razón con eso de que antes hecho que perfecto.
Entre los tejes y manejes de la familia, el inicio de la temporada para Ciruela, los conflictos en la Educación Secundaria y el propósito de ser pro... puedo asegurarte que estos primeros días del mes fueron un perpetuo nadar contra corriente. Esa misma contradicción me mantiene más alerta que de costumbre pero agota toda reserva de energía. Lo que estoy aprendiendo del intercambio con quienes participan en el curso no tiene igual con ningún otro momento en la historia de este blog. Todos los días se acercan nuevas lectoras, participativas y lúcidas que me ofrecen una visión fresca de lo que hago y cómo hacerlo mejor. También están quienes ya eran "de la casa" y -con la confianza que eso supone- me escriben su perspectiva honesta. Siento que estoy haciendo un posgrado en blogueo.
El objetivo final de todo conocimiento es ser compartido, por eso, en medio de una casa en estado de descontrol total después de una fiesta con treinta personas (por primera vez sueño que llegue ACME y dinamite mi hogar, porque va a ser más práctico que limpiarla) esta desmesurada no está lavando platos: está escribiendo un post. Un post en el que quiero asentar por escrito tres lecciones aprendidas en el tránsito de tener un blog profesional.
Soy coherente a mis palabras cuando afirmo que el contexto sí es importante. En cualquier otro momento del año, mi propósito tendría otro devenir y sentido y yo misma otra disposición. Escribir un blog profesional y aplicar las reglas aprendidas por aquí y por allá sin considerar tu contexto específicos es tan estéril como pretender sembrar en tierra yerma. Si obtenés un brote...empezá a creer en los milagros.
Tres lecciones aprendidas al escribir un blog.
Como te contaba antes, este post tiene su punto de partida en un correo que recibí de Karina, la bloguera detrás de "Mamá y nené". Se aprecia en la dedicación y en la escritura de su blog, su calidad humana y sin duda, transitamos el mismo camino: el deseo de tener un blog profesional. Además, si no me equivoco, tenemos consonancia de estilo en eso de experimentar con nuestro espacio virtual, probar, necesitar tiempo para procesar lo aprendido, habernos alejado del blog y retomarlo con más ganas...En fin, una "colega" en el sentido más literal del término. Luego de su mensaje, me detuve a pensar en todas las lecciones que llevo aprendidas en un lapso de tiempo breve y quería compartir contigo, tres de ellas.
1- Lección sobre Google+.
Hace un par de meses (antes incluso de la decisión de ser pro), Karina fue la primera que me advirtió sobre las particularidades que yo desconocía de Google+. Si tenés un blog y compartís contenido en Google+, te conviene saber que publicar en varias comunidades, una tras otra -con el mismo enlace- transforma el post que escribiste con tanto cariño en spam. Y obvio, a vos en una spamer ignorante de su condición de tal. Porque nada advierte que tu enlace fue penado.
Como ella edita y modera una comunidad de madres a la cual pertenezco, me avisó amablemente que una de mis publicaciones tenía esa condición. Obviamente, no solo agradecí la información sino que fue el punto de partida de una "investigación" desmesurada respecto al tema. Y para ser honesta, el inicio de mi interés por las redes sociales.
Pronto descubrí que Google traslada el terror al spam a su pretendida red social. Entendeme, escribo "pretendida" porque, aunque la tilden de tal, Google+ no es una red social al uso. Limitada en alcance y de acceso forzoso por el solo hecho de tener un gmail, no puede considerarse una red social al espacio que regula tiranamente tu interacción con otros usuarios. Comprendo que toda red necesita sus reglas pero...las de Google son tiranas y en la mayoría de los casos, ajenas a los usuarios.
Te imaginarás que mi cuestionamiento inmediato -probablemente el tuyo también- fue saber en cuántas comunidades se puede publicar sin ser considerada spamer. Porque si bien pude encontrar algunos alegatos sobre por qué no publicar en Google+, mi búsqueda de datos concretos fue infructuosa. Hoy comprendo que ningún bloguero se comprometería a ofrecer datos específicos porque las normas de Google son tan paranoicas como inestables y van cambiando a medida que se sofistican los medios para spamear. Si querés un consejo, te recomiendo la guía definitiva sobre Google+ que si bien es del año pasado, sigue siendo una referencia muy útil y completa.
En mi experiencia personal y al día de hoy, cinco comunidades es un número ideal. Publicando a lo largo del día y en espacios temáticamente afines. Tener dos perfiles de Google+, me fue ayudando a comprobar en qué punto mis publicaciones dejaban de ser visibles. Hoy no iría más allá de cinco comunidades. Y de pronto, para ser cautelosa, alguna menos. Esta conclusión deja abierta otra interrogante: en qué comunidades conviene publicar. Más allá del aspecto temático, hay que tomar en cuenta la interacción real entre usuarios y el nivel de participación de los mismos. No siempre las comunidades que tienen más integrantes son las más convenientes. Pero todas las conclusiones asociadas, son materia de otro texto.
2- Lección sobre Mailchimp.
Mailchimp es mi herramienta preferida en el blog, sin duda. Por si te encuentro desprevenida y no sabés qué es, este servicio gratuito identificado con la figura de un monito con aspecto de cartero, es un sistema freemiun de captación de suscriptores.
Independientemente de cuáles sean tus objetivos específicos respecto al blog que escribís, la posibilidad de comunicarte directamente con lectores que te ofrecieron su dirección de correo de forma voluntaria, me fascina desde el primer momento. Aún sin considerar otras ventajas añadidas para quien pretende profesionalizarse, el solo hecho de enviar un mensaje directo y privado para que llegue a quienes realmente así lo quieren, es una experiencia que me encanta. Si te interesa aprender a instalarlo en tu blog y usarlo para llegar a tus lectores, podés leer la guía que escribió Yudy en El taller de Ca la Fina. Seguramente no te deja lugar a dudas.
Mailchimp propone muchas formas de obtener la suscripción: una caja de suscripciones para la barra lateral, un enlace que podés incluir en una imagen y un sistema que sin duda conocés y que se llama "pop-up". Los pop-up son tan útiles como molestos. Puedo afirmarlo desde mi experiencia primigenia como lectora de blogs. Cuando se popularizó el recurso del pop-up para instar a la suscripción, me resultaba tan invasivo como innecesario. Especialmente cuando no identificaba claramente, la forma de cerrar la ventana emergente y ésta ocupa toda la dimensión de la pantalla.
Digamos que vos llegás a La Desmesurada a leer este post atraída por el título pero de pronto, surge una pantalla de captación que no sabés cómo cerrar para llegar a lo que realmente te interesa leer: el post sobre las lecciones aprendidas en el tránsito de ser pro. Molesto ¿no?
A pesar de tener reparos iniciales, te imaginarás que no iba a prohibirme de experimentar con Mailchimp y los pop-up. No había manera de resistirme al ensayo de su uso. Y como suele suceder en los ensayos, desafiné. Seleccioné una opción de pop-up, verificando rigurosamente que el signo de cierre de la ventana fuera evidente y muy visible. Claro, era muy visible en la pantalla de la computadora. ¿Vos pensaste en los celulares? Bueno, yo tampoco.
Entonces recibí un mail de Sofie de "En una tarde imaginativa" contándome que estaba interesada en leer el post que había publicado pero que, cada vez que abría su dispositivo móvil para hacerlo, aparecía una pantalla de suscripción que no podía quitar. Es lo que tienen de genial las visitas de La Desmesurada, son lectoras. Quieren leer. Entonces le conté que estaba en pleno experimento, que era temporal y que sin duda, iba a corregirlo. De este comentario privado, surgió la búsqueda que culminó en el descubrimiento de SumoMe (gracias Frikymama por eso). A través de esta herramienta, implementé una forma menos agresiva de colocar pop-ups porque permite elegir a quién, cuándo y cómo (en qué lugar de la pantalla) mostrarlo. Nuevamente, la participación de una lectora enriqueció mi blog y permite que hoy pueda escribir esta lección y comprender que sin interacción no hay blog.
3- Lección sobre el marketing pro.
Después de todo el caos cumpleañero y cansadísima -porque los años no vienen solos- me acosté dispuesta a rendirme al sueño sin resistencia pero... la tecnología es una droga dura y antes de dormir me propuse una "última mirada al correo" Lo sé. No es la idea más brillante del mundo. De hecho, esa última miradita, me llevó a una reflexión ulterior, a cambiar de planes, la ficha del curso y a despertarme un poco antes de lo premeditado. Pero en contradicción con lo que podrías pensar, estoy agradecida de haber recibido un mensaje tan personal y sincero.
Este comentario, me llevó indefectiblemente a pensar sobre estrategias de marketing en línea y sobre lo que finalmente viene siendo el método desmesurado para promocionar siendo fiel a mis creencias, valores y aptitudes. Para desarrollar este tópico, necesito comentarte que el curso de Bloguera Pro está enmarcado en un plan vital más amplio. Mi voluntad es realizar una transición, lo menos lesiva posible de un blog puramente hedonista a uno pro, conservando lo máximo que pueda de identidad. Detrás de toda mi desmesura poco formal y espontánea, hay serias horas de lectura dedicadas a temas que hace un año eran ajenos a mis intereses. Ponele que la sección de "empresariales" en las librerías ya no me es ajena.
Puede no advertirse a simple vista pero hace tres meses construí un mapa de propósitos, con detallados pasos para conseguir lo que quiero siendo fiel a mi carácter, teniendo en cuenta abrazar nuestras características personales es más productivo que ignorarlas. Como soy una "iniciadora" y una "exploradora" (te cuento luego sobre estas categorías de emprendedores) no puedo dejar de probar las recomendaciones teóricas que de una forma u otra, me resultan coherentes.
El marketing es una disciplina vapuleada y a la cual no soy afín pero sin duda, tiene sustento en la experimentación y la estadística. En consecuencia, los planes fundamentados en las estrategias de marketing obtienen resultados que son difíciles de percibir cuando no se establece una ruta de experimentación y contrastación de resultados. Me propuse seguir uno de los principios más simples y extendidos en el terreno de la promoción emprendedora: la llamada a la acción.
La teoría sustenta que el cliente es vago por naturaleza. Yo lo soy en lo que a compras se refiere. Ningún "comprador" (usemos eventualmente este término) quiere realizar esfuerzos extra y, sobre todo, no es adivino. No puede adivinar qué es lo que hay que hacer para acceder a tus servicios. No solo comprendo el punto sino que entiendo que es el problema de muchas páginas profesionales; el lector no sabe qué es lo que se ofrece o cómo acceder a ello.
En consecuencia, elaboré en Canva tres tipos de "botones de suscripción" (con distintos textos) y me planteé una estrategia simple: una vez por semana, en el post correspondiente a las estrategias de escritura, iba a incluir por lo menos una llamada a la acción. Esta decisión implica cambiar la estructura del post para incluir textualmente los botones de la forma más natural posible. Si voy a ser honesta, no hay forma "natural" de introducir el anuncio sin resentir la experiencia de lectura. Si de algo puedo sentirme orgullosa, es de haber creado una comunidad a medida.
De forma que en su mensaje, Karina utilizó la palabra clave: "magia". El experimento de captación de suscriptoras siguiendo las pautas de marketing funciona, sin duda. Sin embargo, me queda claro que no es mi camino a transitar. Si observan con atención van a ver que poco a poco, las llamadas a la acción fueron disminuyendo, localizándose al final del post o al espacio de publicación en las redes sociales. Básicamente porque voy en transición de lo que yo querría en un blog de referencia: profesionalizar desde la autoridad que confiere el conocimiento. Esto supone enfatizar los vínculos y el contenido, desplazando paulatinamente otro tipo de estrategias para utilizarlas únicamente en plazos de tiempo determinamos.Para finalizar...
Estoy en proceso de lectura de los artículos que fui recibiendo, su esfuerzo va a ser compensado con una devolución que espero sea fructífera para el desarrollo de sus estrategias de escritura. Tengo planificado terminar el domingo de corregir y enviarlas todas juntas.
Por otra parte, hoy envío otra ficha del curso. Inusual para esta desmesurada, tan concreta que no vas a poder creer que la escribí yo. Te diré que me siento casi orgullosa de haber logrado compendiar en apenas tres páginas, 10 estrategias de armado textual para blogueras. Ya me dirás qué te parece...