Alexandra Sophie
Qué tal si un día dejo de escribir y me prendo fuego en un papel de celofán, pensó Aroa. Qué tal si me termino creyendo una de esas historias que siempre te cuento, que siempre digo, que nunca escribo. Qué tal si dejo de pensar en mis qué tales y te pregunto qué tal vos. Si no me subo al tren mañana por la mañana y dejo de usar la misma dirección.
Pero no se lo preguntó.
Qué tal si un día me asincero, me corto el pelo y me voy de aquí. De aquí y contigo. Qué tal si esta noche de miércoles no dormimos y me das esos mimos que tenemos planeados los domingos. Qué tal si no me peino y dejamos de combinar los colores con las circunstancias que resbalan cuando buscamos un punto donde sujetarnos cuando todo cambia. Cuando todo cae.
Cuando todo termina.
Qué tal si buscamos esa pizarra y hacemos una línea plana hasta el paraíso de los dos. Qué tal si dejamos de pensar en esto y nos volvemos más humanos. Y qué tal si mis qué tales son tales para no decirte nada, cuando tengo tanto que decirte.
Luciana Salvador Serradell