Sin embargo, cuando tenemos que almacenar una gran cantidad de datos, es posible que los discos duros se nos queden cortos de espacio. Además, en caso de necesitar el almacenamiento para los datos de nuestra empresa, un disco duro no es la mejor solución ya que necesitaríamos una herramienta donde poder compartir los datos entre todos.
Por tanto, como alternativa a los discos duros externos, nos encontramos con los servicios NAS y con el servicio de cloud o nube. Veamos a continuación qué diferencias hay entre estos servicios de almacenamiento.
Diferencias entre NAS y Cloud
Capacidad de almacenamiento
La capacidad de almacenamiento de un dispositivo NAS depende del procesador de éste y de los discos duros que se le introduzcan. Esto se decide en el momento de compra según las necesidades que se tengan y se prevean. En caso de que se necesite más espacio, puede ampliarse añadiendo más discos duros o de mayor tamaño.En el caso de las nubes, de manera gratuita, los proveedores de estos servicios suelen ofrecer entre 10 y 15 GB. Esta capacidad puede ampliarse pagando una cantidad mensual y normalmente suele incrementarse hasta los 2 TB.
Teniendo en cuenta que por lo general los discos duros que se introducen en los NAS suelen ser de 2 TB, el almacenamiento en éstos es mucho más amplio que el de las nubes.
Precio
El precio de los dispositivos NAS dependerá del modelo que elijamos, del procesador que tenga y de la cantidad de discos duros que escojamos y la capacidad de almacenamiento de éstos.Por normal general, la nube es más barata. Sin embargo, a largo plazo nos puede resultar más cara, ya que tendremos que pagar una cantidad mensual durante todo el tiempo que vayamos a usarla. Los NAS sólo tenemos que pagarlos en el momento de compra.
Velocidad
Los archivos que almacenemos dentro de nuestro NAS se encuentran en nuestra red interna y, por lo tanto, no es necesario Internet para acceder a ellos.La velocidad para acceder a los archivos en la nube dependerá de la conexión a Internet.
En este caso, vamos a depender de la calidad de nuestra conexión más que del servicio que hayamos elegido. Aunque, bien es cierto que si queremos subir a la nube archivos grandes, éstos tardarán más que si los guardamos en nuestro NAS.
Seguridad
Aunque ambas opciones son bastantes seguras, la seguridad no está garantizada al 100%.En el caso de los NAS, los archivos que se almacenan son controlados por nosotros mismos en su totalidad, por lo que no puede acceder nadie ajeno a ellos. Sin embargo, deberemos tener cuidado con la red, ya que si la red es pública o la conexión no está cifrada, puede sufrir el ataque de algún virus que encripte los archivos o los elimine.
En el caso del almacenamiento en la nube, no somos nosotros mismos quienes mantenemos nuestros datos, sino que es una empresa ajena que puede acceder a ellos. Además, estos servicios también expuestos a ataques de virus y sus consecuencias.
Por otro lado, a nivel físico y eléctrico, las nubes son mucho más seguras. Los NAS pueden sufrir roturas o incidentes en el hardware cuya reparación podría llegar a costar miles de euros. Además, pueden darse cortes en la conexión o en el suministro eléctrico que haga que no podamos acceder a nuestros datos.
Esto no ocurre con las nubes, ya que sus servidores están permanentemente vigilados y tienen sistemas de seguridad anti cortes de suministro eléctrico y demás incidencias relacionadas. Por lo que aunque se produjese algún problema, no lo llegaríamos a notar.