Cuando dispones de más de un ordenador en tu negocio o en tu casa, una necesidad cada vez más clara es poder compartir ficheros a través de una red. Podemos compartir carpetas entre los equipos, ya que todos estaríamos conectados a un mismo router, ya sea por cable o por Wireless. De esta forma, la información compartida en red no estaría repetida en nuestros ordenadores.
Sin embargo, el problema de esto es que para que pueda funcionar tenemos que tener los ordenadores encendidos para poder acceder a esa información. Si no queremos tener que mantenerlos encendidos necesariamente para recoger datos, podemos crear un NAS a través de una Raspberry Pi.
Qué es un NAS
Las siglas NAS significan Network Attached Storage. Un NAS es una tecnología de almacenamiento que permite compartir uno o más discos duros desde un servidor con ordenadores clientes a través de un protocolo TCP/IP.
Por explicarlo de otra forma, también se conoce los NAS como servidores domésticos, o discos duros en red. Los NAS llevan un procesador integrado, un sistema operativo instalado y un conector de red para poder conectarlo al router.
Aunque se venden dispositivos NAS a precios bastante asequibles, lo cierto es que también se puede utilizar una Raspberry Pi para crear un NAS si queremos bajar el coste energético y coste compra.
Por qué crear un NAS con una Raspberry Pi
Las Raspberry Pi son ordenadores de bajo coste e implican un consumo de electricidad muy bajo. Por este motivo, son muy útiles si queremos crear un NAS que no nos suponga mucho coste energético. Para poder crear un NAS con esta tecnología, necesitas al menos una Raspberry Pi 3 thin client, una fuente de alimentación, un disco duro USB que conectaremos a la placa y una tarjeta SD con el sistema operativo, algo esencial para poder arrancar el sistema.
Por otra parte, existen muchos tutoriales en Internet sobre cómo crear un NAS a través de una Raspberry y tampoco te resultará complicado ponerla a punto si ya estás familiarizado con Linux.
Otra de las ventajas de utilizar una Raspberry Pi es que los costes pueden ser muy inferiores. Para que te hagas una idea, los costes pueden rondar los 100 o los 150 euros, mientras que una Raspberry Pi 3 tiene un precio de apenas 30 euros. Si dispones de un disco duro y no necesitas un gran espacio, es mucho más cómo utilizar la Raspberry como servidor doméstico antes que comprar directamente un NAS.