El pasado 31 de enero terminamos lo que fuera la primera edición del Taller básico de fotografía culinaria impartido por El gato goloso en Caracas.
Y no puedo expresar con palabras lo feliz que me ha hecho.
Fueron dos sábados intensos de mucha información, prácticas y menos tiempo de lo que hubiera deseado.
Comenzamos apreciando lo mejor de la fotografía culinaria, aprendimos a "ver" la luz y su importancia en contribuir a crear fotografías hermosas, las diferencias entre utilizar o no un rebotador y el efecto que un difusor puede hacer en la imagen.
Discutimos varios estilos de fotografía culinaria, cómo utilizar accesorios o "props" y como estos pueden cambiar el ambiente de la imagen.
Mi apartamento no es muy grande pero fue suficiente para que cupiéramos cómodamente mis participantes y yo (4 en total) y que todas pudieran practicar en su espacio, sin muchas interrupciones y sin tropezarse unas a otras.
En nuestro segundo día de taller aprendimos sobre composición, técnica y edición básica
Y lo mejor fue que terminamos comiendo gran parte de lo que fotografiamos.
Estoy encantada de poder rodearme de gente interesada y talentosa, que desea aprender y compartir sus experiencias, que sabe apreciar una buena comida y entiende la importancia de que una bella foto de un platillo, también es una manera de honrarlo y hacerle justicia a su sabor, a su aroma y a la experiencia que está por ofrecernos.
Conocer personas interesadas en estos temas ha sido lo mejor que ha podido pasarme, me siento agradecida con todas y casi no puedo esperar la próxima oportunidad para volver a intentarlo.
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