Cuando comencé a escribir este blog las palabras “cliente ideal” no significaban nada para mi. En ese momento, mi plan maestro consistía en explicar cómo crear un blog.
Y sí, es verdad que la idea surgió de leer un montón de blogs de maternidad. Pero ni se me pasaba por la cabeza especializarme en trabajar con madres.
Por cierto, hoy te doy la opción de escuchar el podcast, o seguir leyendo ;)
¿Quién es tu cliente ideal?
Tu cliente ideal es aquella persona con la que conectas y que encaja a la perfección con tu negocio y tu manera de trabajar.
Te pongo un ejemplo:
Imagina que eres asesora de lactancia y, además, mamá de gemelos. Aunque puedes asesorar a todas las mamás lactantes, con tu experiencia puedes especializarte en ayudar a otras madres de gemelos.
¿Por qué tener un cliente ideal?
Tener claro quien es tu cliente (o lector) ideal te ayuda a enfocar tus esfuerzos.
Si sabes a quien te diriges, es mucho más sencillo escribir tus entradas, boletines, mensajes en redes sociales…
Además te ayuda a decidir el rumbo a tomar cuando tengas que decidir tus servicios, los temas de tus cursos, su duración, el formato de entrega…
Y lo mejor de todo es que trabajarás mucho más a gusto porque lo harás con personas con las que conectas.
¿Cómo escoger al cliente ideal?
Para escoger a tu cliente ideal tendrás que sentarte un rato y pensar en el tipo de personas a las que puedes ayudar y con quien te gustaría trabajar.
¿A quien puedes ayudar?
En su día me propuse ayudar a otras personas a crear su blog porque yo ya sabía desarrollar páginas web y me parecía lógico aplicar mis conocimientos técnicos al mundo del blogging.
Luego me centré en trabajar con madres emprendedoras porque me siento identificada con ellas y su deseo de conciliar su vida familiar y laboral.
Es decir, mi cliente ideal soy, más o menos, yo, pero sin los conocimientos técnicos.
Aunque eso no quiere decir que tu cliente ideal tenga que ser obligatoriamente como tú. Quizás puedas encontrar un perfil similar a como eras tú hace algunos años, cuando estabas dando tus primeros pasos en lo que haces ahora.
¿Con quién conectas?
Siempre he pensado que es muy importante conectar, de alguna manera, con las personas con las que trabajas.
Recuerdo una vez, cuando trabajaba por cuenta ajena, que me pidieron que hiciera una página web para una carnicería. Yo soy vegetariana y me ponía mala sólo de pensar en que tendría que pasar algunos días editando imágenes en las que aparecían animales muertos. Por suerte pude cambiarle el proyecto a una compi. Pero te aseguro que pasé unos días muy agobiada.
Ahora, sin embargo, eso es algo que no me preocupa porque apenas me piden encargos que no encajan con mi forma de ser. Y, en caso de llegar algún despistado, con decirle que no, problema resuelto :)
Y no me vayas a entender mal, con esto no quiero decir que mis clientes tengan que ser vegetarianas, aunque, casualmente, algunas lo son ;)
Es sólo que prefiero trabajar con personas que ponen su granito de arena para hacer del mundo un lugar mejor.
El avatar de tu cliente ideal
Cuando tengas más o menos claro quien es esa persona a la que diriges todos tus esfuerzos, te vendrá bien poner por escrito sus principales características.
Puedes empezar por lo básico y luego ir entrando en más detalles:
Si es hombre o mujer
Su rango de edad
Nacionalidad
Si esta casada, arrejuntada, es soltera…
¿Tiene hijos? ¿De qué edades?
¿Trabaja por cuenta propia o ajena? ¿En qué sector?
Su poder adquisitivo
¿Le gusta su trabajo?
Nivel de estudios
Libros, blogs, películas, series…
¿Cómo es su día a día?
¿Qué es lo que más le preocupa?
Con esto tienes una idea aproximada de cómo es tu cliente, o lector, ideal. Pero si quieres ampliar información puedes echarle un vistazo a este otro post en el que te encontrarás con 25 preguntas para definirlo.
Ya verás como con todo esto en mente te resulta mucho más sencillo conectar con “la persona” que está al otro lado de la pantalla.
Un inciso
Pero que tengas claro quien es tu cliente ideal no significa que sólo trabajes con esas personas.
A veces te diriges a un determinado público, pero otras personas conectan igualmente contigo, así que si te apetece trabajar con ellas, no es necesario que las rechaces sólo por que no dan al 100% con el perfil.
El otro día una persona me dijo que no debería “cerrarme puertas” trabajando sólo con madres. Que ella no era madre y que le gustaba mi blog, pero que al centrarme tanto en las madres, se sentía un poco excluida.
A lo que le contesté que yo trabajo con todo el mundo con el que creo que me puedo llevar bien, que, en el fondo, me da igual su situación sentimental y familiar. Pero que para que mi mensaje fuese más claro, tenía que priorizar a alguien.
Vamos, que le expliqué, de forma rápida, lo que te cuento hoy aquí y este post lleva dando vueltas en mi cabeza desde entonces.
¿Tú que opinas? ¿Te convence eso de enfocarte en un perfil de cliente o eres de las que piensan que así te cierras oportunidades?
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