Nos cuesta mucho sacar adelante nuestros proyectos y, una vez en marcha, las cosas no son tan fáciles.
Cuando por fin llega la primera compra, nuestro primer cliente, es en realidad cuando empieza todo.
Si queremos que nuestro proyecto dure tendremos que conseguir que cada cliente quiera quedarse a nuestro lado, porque le hacemos sentir mariposas en el estómago y porque algo le dice que lo que hacemos, lo hacemos de forma distinta.
Slow marketing como herramienta de diferenciación
Aplicar una estrategia slow en el marketing, para mi (y lo digo porque funciona) empieza por escucharnos, saber qué es lo que queremos, dónde estamos y hacia dónde vamos. Esto nos ayudará a saber hasta qué punto estamos dispuestos a comprometernos.
Lo siguiente, e igualmente importante, será poner al cliente en el centro de todo para trabajar en lo cualitativo y hacer ver ese compromiso. Debemos añadir valor a cada uno de esos pasos que demos en la relación, con cada una de las personas con las que tenemos contacto en nuestro negocio.
Slow marketing como herramienta de fidelización
Estamos viviendo una etapa muy bonita y llena de oportunidades para los proyectos emprendedores.
Las necesidades y los mercados han ido evolucionando y esto para nosotros, como emprendedores, supone un reto y una responsabilidad. Los clientes esperan algo más de nosotros que un simple intercambio de dinero por productos y servicios. Hablando claro, no van a hacer nada para que nosotros hagamos caja si no es porque nosotros ofrecemos algo de valor.
Al mismo tiempo, los impactos, a modo de mensaje, que llegan a estos clientes se multiplican, y es cada vez más difícil impresionar y convencer. No podemos ser un mensaje más de los que cada día reciben. Tenemos que intentar llamar su atención pero también ofrecerles un compromiso.
Seguro que todos hemos escuchado más de una vez que los clientes se han vuelto cada más más emocionales, y que tenemos que trabajar para que vivan una experiencia en su contacto con nosotros pero es que, además, esperan de nosotros lo mismo. Que seamos marcas con sentimiento y que seamos capaces de entenderlos.
Estos tres puntos son importantes al avanzar en esa estrategia de slow marketing de la que estamos hablando.
La satisfacción del cliente ya no basta y para diferenciarte necesitas trabajar las relaciones, crear conexiones de valor con todos y cada uno de tus interlocutores, y cumplir con el compromiso adquirido con tus clientes.
Una vez adquirido ese compromiso, el trabajo estará en mantener la llama viva.
Mantener la llama viva a través de la confianza.
La fidelidad en nuestra relación con nuestros interlocutores (y aquí incluyo clientes, proveedores, competencia, equipo, colaboradores, contactos…) dependerá (aunque no sea el único de los factores) de la confianza que hayamos sabido alcanzar en nuestra relación con ellos.
Nos cuesta mucho captar la atención y después de esto, nos cuesta mucho o lo mismo, conseguir convencerles y ganarnos su confianza para que se decidan a apostar por nosotros.
¿Nos lo vamos a jugar todo una vez lograda?
Piensa en ti como interlocutor, la mayoría de las veces, la respuesta las obtenemos pensando cómo nos gustaría que nos trataran a nosotros.
¿Acaso no basas la confianza que depositas en una persona en una relación honesta y transparente?
¿Por qué no haces lo mismo en la relación con tus clientes y contactos?
Si una marca, un persona, por la que te has decidido falla, ¿cuántas oportunidades más estás dispuesto a dar? ¿Eres dado a ofrecerle segundas oportunidades? ¿De qué depende que lo hagas?
Cada error que cometamos en la relación que hemos establecido con un cliente o un contacto puede suponer que éste se marche y si, en nuestra vida personal, puede que demos más a menudo segundas oportunidades, en la vida comercial las posibilidades se reducen notablemente.
La confianza es, por tanto, uno de los valores que más aprecian los consumidores y que les hacen fieles a una marca, al sentirse seguros en la relación con ella, al saber que si la eligen, eligen bien.
Pero es que, además de a fidelizar, conseguir confianza nos ayudará a potenciar las ventas y crear clientes prescriptores y, como añadido, un cliente que confía en una marca, estará dispuesto a pagar más por ella, sin ninguna duda.
3 pasos importantes para alcanzar la confianza con tu cliente y tus contactos
Sé honesto y transparente.
Storydoing: el movimiento se demuestra andando. De qué sirve que les cuentes que eres una cosa, por muy bien que se lo estés contando y por muy trabajados que sean tus contenidos, si luego tus pasos no coinciden con lo que les contabas.
Déjate ver: aumenta las posibilidades que tienen de estar en contacto contigo.
Aprende a nadar tanto en los errores cometidos como en los éxitos logrados:
Reconoce tus errores porque nadie es perfecto. Hay muchas más posibilidades de que un cliente vuelva si has sido capaz de resolverle un problema y recuperar su confianza. Además, los errores te van a permitir descubrir carencias, defectos y te dan la posibilidad de mejorar y avanzar.
De igual modo, comparte tus éxitos ¿por qué no vas a contarles todo eso que haces bien? Hazles partícipes y celebra con tus clientes cada paso hacia delante de tu empresa porque puede convertirse en un paso adelante también para ellos. Piensa de qué forma pueden ellos beneficiarse.
Practica estas 2 G’s que a todos nos gustan, no cuestan tanto y siempre nos devuelven un impacto positivo.
Gratitud: ¿por qué estamos tan acostumbrados a dar las gracias en nuestra vida personal y hacemos tan poco uso de ello en nuestras relaciones de negocio? No tiene ningún sentido. Y no estamos hablando de un monosílabo que soltamos de manera automática, estamos hablando de mostrar nuestra gratitud de forma personalizada, porque alguien se ha molestado en dedicarnos un trocito de su valioso tiempo.
Generosidad: porque si pretendemos recibir, lo primero que tenemos que hacer es dar.
Parece algo obvio pero, la realidad, es que no siempre se hace, así que ¡manos a la obra, porque dar un enfoque slow a tu proyecto puede convertirse en tu diferencia!
Exprime al máximo tus recursos
Las alternativas de marketing que tenemos son infinitas y como emprendedores los recursos económicos no nos sobran.
Aplicar el slow marketing, como complemento a las estrategias tradicionales, y trabajando en aspectos como la confianza y la coherencia hará que saquemos el máximo partido a los recursos que ya tenemos.
Si te convencen estas ideas da un paseo por Soy Emoworker que es el proyecto donde las comparto con otros profesionales, y compañeros, a los que también nos une un planteamiento común: otra forma de trabajar es posible.
Da igual donde estés trabajando, lo importante es lograr encontrar tu sitio.
Seguir las normas no significa que hagamos las cosas mejor.
Las emociones están por todas partes, vamos a aprovecharlo.
La vida es cada segundo que vivimos, así que por qué no tratar de sentirnos bien en cada uno de ellos.
¿Te identificas?
En ese caso, ¡hola! Nos estás solo y tú también eres emoworker.
No todos nos dedicamos a lo mismo, ni pensamos de la misma forma, ni enfocamos la vida de la misma manera pero ahí está la magia.
Esta es una de las píldoras que podrás descargarte al suscribirte:
Si te rodeas de gente distinta aprenderás a ver las cosas de diferentes maneras ¡habla con ellos y facilita el diálogo en tu proyecto!
De este tipo de relaciones sabe mucho Experienciar y las personas que participan de sus encuentros.
Cada uno nos dedicamos a algo diferente pero saber que estamos ahí y que eso que tú tienes a mi me encaja, hará que los proyectos de ambos crezcan.
Escrito por Amaya de Soy Emoworker.
Ayudo a emprendedores y freelance a fidelizar en sus proyectos, desarrollando recursos y estrategias que, basadas en un marketing más lento, les permitan fortalecer las relaciones con sus clientes, hacer sólidos sus proyectos y mantener el estilo de vida que desean.
Y tu… ¿ Cómo practicas el slow marketing? Cuéntanos tus trucos.
Gracias Amaya , )
Joanna.