Sin embargo, lo que muchos emprendedores desconocen es que hay una multitud de soluciones que te permitirán disponer del dinero que necesitas para poner en marcha tu proyecto.
Lo que hay que tener claro antes de dar el salto y salir en busca de capital externo es una serie de aspectos que te harán decantarte por una solución determinada.
Por ejemplo, ¿cuánto dinero necesitas? ¿para qué lo necesitas? ¿qué características tiene tu proyecto? En función de tus respuestas y tus reclamos, tendrás que acudir a una vía de financiación o a otra.
5 modos de financiar tu nuevo negocio
Autofinanciación o FFF (friends, family and fools; “amigos, familia e inocentes”). Aunque supone un esfuerzo en nuestra economía, debemos invertir parte de nuestro dinero en apoyar el proyecto para, de esta manera, generar confianza en el resto de personas del entorno. Si tú no confías en que tu idea de negocio salga adelante, nadie lo hará.
Préstamos bancarios o créditos rápidos. Los españoles, por encima de la media europea, solemos acudir al banco para pedir un crédito para financiar nuestras empresas. Sin embargo, es una solución óptima para aquellas personas que cuentan con solvencia y estabilidad económica y su proyecto ofrece garantías de ser rentable a corto/medio plazo.
Por ello, en caso de tener el ‘no’ de tu banco por contar con un nivel de recursos económicos menos generoso, la financiación de tu proyecto pasaría por los popularmente conocidos como mini créditos y créditos rápidos, una reciente pero efectiva modalidad de crédito tramitados íntegramente a través de internet y de plataformas como, por ejemplo, Wannacash, en unos minutos y sin apenas restricciones.
Financiación colectiva y micromecenazgo. Dentro de esta opción de financiación existen diferentes alternativas:
Crowdfunding, la más conocida y popular. Consiste en intentar conseguir financiación (en un tiempo determinado y limitado) para tu proyecto a través de una plataforma on-line. Hoy en día, y debido a su rápida expansión, hay multitud de plataformas de este tipo (como Lánzanos o Kickstarter).
Crowdsourcing. Vendría a ser como una externalización. Es decir, haces una petición a una multitud de personas a través de una plataforma web (Quirky, por ejemplo), las cuales podrán ayudarte, aportarte soluciones o abaratar determinados procesos y actividades que tú, como particular o como empresa, no puedes realizar directamente.
Playfunding. Es una forma de financiación alternativa surgida hace algo más de dos años. De esta manera puedes ganar dinero a través de anuncios publicitarios subiendo tu proyecto a una plataforma dedicada a ello (como Helplays).
Subvención pública. Aunque las Administraciones no suelen financiar de forma directa proyectos o empresas particulares, sí que existen subvenciones y ayudas públicas a nivel estatal, autonómico, local e incluso internacional (UE), en el caso de que cumplas una serie de requisitos.
Por regla general, el ejecutivo tiende a apoyar proyectos que mejoren la calidad de vida de los ciudadanos, sean innovadores, o muestren una ventaja competitiva en algún sector de interés.
Venture capital. En este caso la financiación de tu proyecto o startup se hace a través de Sociedades de Capital de Riesgo. Estas sociedades invierten elevadas cantidades de dinero a cambio de un puesto ejecutivo en la empresa y/o por un determinado porcentaje de acciones.
Este tipo de financiación es relativamente peligrosa, ya que en un futuro puedes verte obligado a tomar decisiones y ejecutar acciones con las que no estás de acuerdo o que no quieres tomar.
Este artículo ha sido escrito por el periodista Adrián Embid.
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