Por lo anteriormente mencionado, al pensar en privacidad, la primera opción suele ser utilizar el modo incógnito que traen la mayoría de los navegadores, ya que el mismo navegador informa que no guardará cierta información de tipo personal o de navegación. Sin embargo, dicha información sí podrá ser visible o registrada por la empresa o el lugar desde el cual se esté navegando, sea una red hogareña o red corporativa, dado a que la información puede ser monitoreada y registrada por cualquier administrador de sistemas, servidor Proxy o herramientas de control parental en una red.
Por lo tanto si el usuario desea una navegación con un mayor grado de anonimato, una opción puede ser usar un navegador como Tor. Si bien el mismo suele ser asociado a la realización de acciones ilícitas a través de la dark web, Tor es altamente utilizado en el mundo de la investigación periodística y científica, ya que no deja rastros en la red del usuario ni en el servidor que se está visitando y por ello, permite el anonimato.
La información que se transfiere a través del navegador Tor viaja completamente cifrada, haciendo más complejo el seguimiento de la misma, incluso si se está monitoreado el tráfico de la red. La característica de privacidad de Tor se basa en la implementación de una técnica llamada “Onion Routing” – haciendo referencia a las capas de una cebolla – que supone un cambio en la forma habitual de enrutamiento donde una maquina se conecta directamente el servidor que busca, pasando a un sistema distribuido que garantiza el anonimato y privacidad de los datos.
Tor está pensado para todo tipo de usuarios, principalmente para los que busquen cuidar más su privacidad, no solo por no revelar información personal, sino aquellos que precisen hacer búsquedas relacionadas a temas que se prefieren mantener en privado.
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