Todo sobre la tecnología LED
tecnología LED
La tecnología LED es relativamente reciente si se le compara con la tecnología de la competencia. Los LED tuvieron su invención en el siglo XX aunque no fue sino hasta el año 2000 cuando se implementaron las bombillas LED violetas, que combinadas con una capa de fosforo, podían generar una luz blanquecina llamada luz de luna, que ha dado un nuevo panorama de uso de los LED, como por ejemplo para la iluminación de interiores y de exteriores como el caso de las bombillas led gu10 50w que como hemos mencionado, puede producir más de 4000 lúmenes.
Lo que más ha llamado la atención y ha producido inversión en investigación y evolución de estas bombillas, es su principio electrónico fundamental que es responsable de tan bajo consumo eléctrico. Como algunos sabrán, una de las invenciones más importantes para los ordenadores fueron los semiconductores, que permitieron progresivamente la miniaturización de los componentes electrónicos y disminuyeron el requerimiento eléctrico para hacer funcionar los circuitos. Los LEDs fueron una invención a partir del semiconductor, que resultó en una pequeña bombilla capaz de generar radiación, que al principio era infrarroja pero que posteriormente evolucionó para emitir luz blanca, tal y como se explicó en párrafos anteriores.
EL transistor por sí mismo está diseñado para funcionar a partir de un bajo consumo eléctrico, y eso es parte de la razón por la cual las bombillas LED presentan tan bajo consumo eléctrico, aun cuando se les diseña para altos niveles de iluminación. Pese a estas ventajas, las bombillas LED no se consideran productos maduros si se les comparan con las ya conocidas bombillas halógenas, pues estas últimas resaltan en durabilidad, que puede llegar a ser de hasta 20.000 horas. Los bombillos LED alcanzan solo la mitad de durabilidad. ¿Qué hace tan durables las bombillas halógenas?
Principio de la bombilla halógena
Principio de la bombilla halógena
El principio fundamental de la bombilla halógena es muy diferente de la de los LED, partiendo del uso de un filamento de tungsteno como emisor de luz visible en vez de un semiconductor. El uso de un filamento de tungsteno es tal y como ocurre en la bombilla eléctrica convencional, que ha sido abandonada en los últimos años, pues es la que más electricidad consume de todas las alternativas. Una bombilla halógena consiste en 2 bulbos de cristal con funciones particulares y complementarias. El bulbo interno contiene el filamento de tungsteno rodeado de un gas inerte y de pequeñas cantidades de algún material halógeno como el yodo o el bromo.
La combinación equilibrada de estos elementos hace posible el funcionamiento de luz. El tungsteno puede funcionar con mayor eficiencia si está aislado gracias al gas inerte, produciendo una misma intensidad de luz con menor necesidad de electricidad. Una de las características de las bombillas halógenas, es que tienden a producir gran cantidad de calor, por lo que el bulbo interno suele fabricarse de cuarzo, que es un mineral transparente muy resistente a las altas temperaturas. Un detalle a mencionar es que el cuarzo, tiende a vitrificarse si llega a exponerse a materiales foráneos mientras está a altas temperaturas.
La función del bulbo exterior es el de proteger el interior de la vitrificación, al mantenerlo aislado de materiales foráneos y permitir su manipulación. Las pequeñas cantidades de materiales halógenos en el bulbo interno tienen también una función importante que tiene que ver con la conservación del filamento de tungsteno y en consecuencia con su durabilidad. El hecho es que el filamento de tungsteno tiende a evaporarse y a precipitarse a lo largo de su vida útil. El halógeno dentro del bulbo tendería a combinarse con el tungsteno evaporado y producir una sal mediante una reacción química que se revertirá para devolver el tungsteno al filamento.
Este proceso que le permite al filamento de tungsteno ser durable es este proceso de restitución de tungsteno evaporado y es la razón de la durabilidad de la bombilla, en conjunto con la protección del bulbo externo. Las bombillas LED dependen de la durabilidad de sus componentes electrónicos, que son los que controlan el encendido de los LED de los bombillos. Estos componentes electrónicos son fabricados a partir de componentes que inicialmente fueron pensados para ser desechables o de una obsolescencia programada relativamente corta.
Vida útil de las bombillas
Vida útil de las bombillas
En general, los periodos de obsolescencia de los componentes de las bombillas LED como las led gu10 50w, oscilan entre 12 y 24 meses aproximadamente, encarando a los 3 a 5 años que pueden llegar a lograrse con las bombillas halógenas. Son la reducida durabilidad de las bombillas LED la principal desventaja en comparación con sus alternativas pero esto es sustentado con el ahorro energético que permite. Una bombilla LED es capaz de ahorrar hasta un 97 por ciento en comparación con un equivalente halógeno, dependiendo de su propósito general, de donde proviene la magnitud de iluminación que ofrece.
Un ejemplo es el siguiente, para lograr una iluminación de unos 450 lúmenes, un bombillo halógeno requiere de al menos 50 watts de potencia, mientras que un equivalente LED requeriría solo 7 Watts aproximadamente para lograr esa iluminación en promedio. Con 500 Watts, una bombilla LED podría lograr entre 3700 y 4200 lúmenes aproximadamente, como es el caso del bombillo led gu10 50w, mientras que un equivalente halógeno lograría entre 3700 y 4200 lúmenes requiriendo casi 500 Watts de potencia. El máximo comercial posible de iluminación es de 8000 lúmenes, lograda con 160 watts de potencia para una bombilla LED y 900 Watts de potencia para una bombilla halógena.
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