Las bombillas halógenas
Las bombillas halógenas son llamadas así por contener ciertos contenidos de alguno de los halógenos de la tabla periódica que generalmente suelen ser yodo o bromo. La aplicación de estos materiales son los responsables de la característica durabilidad de las bombillas halógenas, y esto trae a concepto una de las razones por las cuales los bombillos halógenos son aun preferidos por algunos a pesar de su consumo eléctrico. Una de estas razones es la durabilidad a lo largo de los años.
La bombilla halógena está fabricada mediante una estructura que parte del bombillo eléctrico. Posee un filamento de tungsteno encerrado en un bulbo de cristal, pero a diferencia del bombillo eléctrico, el bulbo de la bombilla halógena es bastante más pequeño, y está encerrado en uno más grande. El interno está hecho de cuarzo para soportar altas temperaturas y encierra al filamento con las pequeñas cantidades de material halógeno como ya se ha mencionado y rellenado con gases inertes. La presencia de un gas no reactivo ya da un nivel de garantía de durabilidad del filamento pero son los materiales halógenos los que hacen el verdadero trabajo.
En vista de que la bombilla produce mucho calor, el filamento de tungsteno, tiende a evaporarse y en consecuencia a precipitarse al fondo del bulbo interno de la bombilla. El material halógeno interviene en este sentido, evitando que esto ocurra mediante su reacción con el tungsteno. Se produce una sal de bromuro o yoduro (según corresponda) que posteriormente se precipitará en las partes más frías del filamento, en donde el bromo o yodo se vuelve a separar del tungsteno, devolviéndolo al filamento. Gracias a esto, muchos fabricantes pueden dar garantía de durabilidad de más de 17.000 horas.
Durabilidad de las bombillas LED
¿Qué sucede con las bombillas LED? Que no son tan durables. Muchos fabricantes dan garantías que no superan las 10.000 horas de funcionamiento, lo que significa que las bombillas halógenas pueden durar casi el doble, pero cabe preguntarse ¿Por qué? Esto tiene que ver con su estructura como por ejemplo los gu10 LED 8w o los LED 5050 SMD que consisten en 2 elementos importantísimos. Uno de ellos son los LEDs en sí mismos y el otro elemento es el circuito electrónico que se encarga del encendido y el de dar las características de iluminación que el fabricante desea.
La causa de la reducida durabilidad de las bombillas LED en comparación con las halógenas, radica sobre todo en la vida útil del circuito electrónico, que al igual que las bombillas LED, es de invención relativamente reciente y ha evolucionado para ser económico de fabricar en vez de ser durable. Pese a garantías de alrededor de 2 años, las bombillas led tienden a dañarse durante los primeros 6 meses de uso. Para muchos consumidores, poder disponer de esta garantía es vital para no perder su inversión en la medida que pasan los meses, y mientras dan con una marca que fabrique bombillas con la calidad suficiente.
Hay que analizar con objetividad la situación plasmada, por un lado, tenemos a la bombilla halógena que tiene más de 120 años de haberse inventado, llegando a ser cada vez más perfecta con el paso de los años y con la modernización de sus procesos de fabricación. Las bombillas LED tienen unos 50 años desde su invención y aplicación comercial, pero la variante que es usada para iluminación como en los gu10 LED 8w y demás bombillas LED similares, tienen poco más de 10 años de haberse desarrollado.
Factor a tomar en cuenta de las bombillas LED
En otras palabras, las bombillas halógenas son un producto con un gran recorrido de desarrollo y de allí el secreto de su conocida durabilidad. Una de las cuestiones que las bombillas LED tienen que superar es el de ser más perfectas tecnológicamente. La durabilidad de sus circuitos es el primer punto a mejorarse, pues este tipo de elementos suelen fabricarse con la intención de que tengan un corto periodo de vida a partir del concepto de obsolescencia programada. Al privilegiar la durabilidad y combinarla con el bajísimo consumo eléctrico característicos de las bombillas LED, tendríamos un verdadero sustituto de las bombillas halógenas.
Pero, ¿Cuánto es el ahorro energético de las bombillas LED?, ¿Por qué hay premura en su perfeccionamiento? Los estudios apuntan a que las bombillas LED pueden lograr una iluminación más que suficiente con apenas una fracción de la energía que actualmente usan las bombillas halógenas. Un ejemplo son los bombillos gu10 LED 8w, que con esa potencia energética pueden lograr entre 600 y 700 lúmenes de luz. Esto es casi el doble de la luz necesaria en el contexto doméstico. Una lámpara halógena equivalente consume entre 45 y 60 Watts. 8 Watts equivaldrían a solo el 13 por ciento del consumo, es decir, un gu10 LED 8w consume un 87 por ciento menos que una halógena equivalente.
A demás del ahorro energético, otra de las ventajas muy bien recibidas de las bombillas halógenas, es el hecho de no producir calor. Existen muchos contextos domésticos que pueden verse perjudicados por la irradiación de calor de una bombilla. Un ejemplo son las habitaciones pequeñas, que tienden a retener el calor, otro ejemplo son las bombillas para iluminar estanterías con productos que tienden a incendiarse como la tela o ciertos tipos de plástico. Usar bombillas LED en estos casos es una ventaja que apela por la seguridad.
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