Para empezar, olvídese por un momento de Internet. En el mundo real, ¿cuántos son sus competidores? Es decir, ¿qué número de empresas ofrecen al mismo segmento de clientes que a usted le resulta rentable una oferta de productos o servicios exactamente asimilable a la suya? Es muy posible que usted se haya esforzado por diferenciar su oferta, por encontrar un nicho de mercado al que atender de forma diferencial, o que haya logrado algún tipo de ventaja competitiva. De forma que quizá compite realmente con sólo un reducido número de empresas, seguramente menos de 30, muy probablemente menos de diez. Si esto es así en el mundo real, ¿por qué habría de ser diferente en Internet? Aun admitiendo que existirán sectores y segmentos de mercado donde confluyan un gran número de competidores, muy frecuentemente si usted segmenta acertadamente su trozo de pastel se va a encontrar con que no tantos competidores se disputan la misma porción.
Volviendo a Internet: ¿cabemos todos en los primeros 10 de Google? La respuesta es sí, al menos en las páginas de resultados que respondan a criterios de búsqueda que sus clientes potenciales plantean para encontrar empresas como la suya. Google tiene guardadas para usted unas cuantas páginas en las que su empresa puede ser la estrella, y un puñado más en las que estará en puestos de cabeza, en cerrada rivalidad con sus más cercanos competidores. De modo que no se obsesione con el tráfico -a usted, en realidad, cuando abre su empresa lo que le gusta es atender clientes, no visitantes- y concentre sus esfuerzos para que los caminos de sus prospectos buscándole y el suyo persiguiendo clientes como ellos, se crucen en los buscadores de Internet. Veamos cómo.
Identifique exactamente su nicho de mercado.
Conozca a qué tipo de clientes se dirige, quiénes son, dónde están, cómo buscan sus productos o servicios. Tenga en cuenta que los usuarios de Internet normalmente comienzan buscando conceptos muy amplios. Por ejemplo, un inglés buscando vivienda en la Costa Blanca podría introducir "house in Spain", pero esta misma búsqueda se puede corresponder con la que haría un estudiante inglés interesado en la arquitectura española, una persona que busca un piso en alquiler en Madrid o un economista que desee conocer el incremento del precio de la vivienda en nuestro país.Cuando el buscador devuelve un número abrumadoramente alto de resultados es cuando la búsqueda se restringe con criterios más específicos.
una pequeña agencia inmobiliaria en Jávea, por ejemplo, es mucho más probable que su cliente se corresponda con quien hizo ésta última búsqueda que la primera.En la actualidad, la mayoría de búsquedas se realizan sobre conceptos formados por dos o tres palabras, pero la tendencia es que, cuanto más se usan los buscadores, más específicas tienden a ser las frases de búsqueda introducidas.
Identifique cuáles son sus conceptos clave (keywords)
O lo que es lo mismo, ¿se dirige a una audiencia angloparlante o vende villas de lujo a compradores escandinavos en Alfaz del Pí?. Ya tiene un primer criterio: el idioma.
Una vez identificado éste, descubra cómo le buscarán. Piense que si es una pequeña agencia inmobiliaria en Jávea centrada en el mercado británico tiene muy difícil aparecer entre los primeros cuando alguien busque "real estate Spain". Pero sepa que la proporción de clientes potenciales de su empresa entre quienes introducen una búsqueda como ésta en Google es reducida. Ese no es el escenario donde su empresa debería competir. Si identificó adecuadamente su nicho de mercado, estará en condiciones de llegar a conceptos mucho más específicos: "townhouses in Javea", "villas in Javea", "apartments in Javea for sale", "real estate agents in Javea", etc.
Optimice su sitio web
O, lo que es lo mismo, haga que su sitio web hable exactamente del tipo de cosas que sus clientes están buscando.Si se pregunta de qué forma clasifican los buscadores los sitios web, tenga presente que, al final, una web no es más que información. Cientos de años de experiencia nos han enseñado cómo organizar la información: fíjese en un libro. Si yo le doy uno y le pregunto sobre qué trata, lo primero en que se fijará será sin duda en el título, subtítulo y cualquier otra cosa que haya en la portada. A continuación, usted le dará la vuelta y buscará una sinopsis o resumen que espera encontrar en la contraportada. Un tercer nivel de información lo descubriríamos en el índice. Por último, y sin necesidad de leerlo en su totalidad, usted hojearía algunas páginas y su mirada se detendría en los títulos de los capítulos, las entradillas, los títulos de párrafo, etc. A la hora de considerar si comprarlo o no, usted tendría en cuenta mi recomendación sobre ese libro en concreto, así como otras recomendaciones que haya podido recibir de otras personas. Y dentro de las mismas, atribuirá más importancia a las opiniones de personas a las que considera expertas en el tema.Google no es distinto. A la hora de clasificar una web se fijará en el título de la página por defecto (título), en la descripción de la página por defecto (subtítulo, entradilla) y en el contenido de la página home que, si está bien construida, debe ser un resumen de todo lo que el usuario va a encontrar en la web. A continuación, Google buscará la navegación (es decir, el índice) y saltará de enlace en enlace por las distintas secciones de su web (capítulos) repitiendo el proceso de análisis: título, descripción, encabezamientos, contenido.Y, como usted con las recomendaciones de otras personas, también Google tendrá en cuenta los enlaces que desde otros sitios web apuntan hacia el suyo. Cuanto más importantes sean, Google considerará que más importante es también su propia web.Así que querrá que su web tenga un buen título y que cada página de su web tenga un título distinto específicamente relacionado con el contenido de la misma (¿a quién le interesa un libro en el que todos los capítulos se llaman igual?). Por supuesto, salvo que su empresa se llame Coca-Cola, no ponga como título el nombre de su propia empresa. Quien ya lo conoce muy probablemente sabe también cuál es la dirección de su web (¿compraría usted un libro en el que el título y todos y cada uno de los capítulos se llamaran igual que el autor?).
Aprenda de sus clientes
Estudie las estadísticas de tráfico web y descubra en qué buscadores le encontraron sus visitantes y con qué términos de búsqueda le buscaron. De este modo aprenderá cuáles de ellos son lo que usan realmente sus clientes potenciales. Siga creando páginas con estos conceptos y busque aliados que presenten su web como referencia (y le "voten" en forma de un enlace apuntando hacia su página de inicio). Poco a poco, su web se ganará su puesto de privilegio en las búsquedas qué más rentabilidad le pueden reportar
Conclusión
En la competición por estar primero en los buscadores, no intente luchar en términos muy generales. Puede ser el primero si identifica bien cómo le busca su nicho de mercado. Puede que consiga menos tráfico que sus competidores pero la proporción de sus visitas que finalmente resulten en una compra -su tasa de conversión a cliente- será mucho más alta. Y al fin y al cabo, ¿qué es lo que a usted le interesa, clientes o tráfico?.