Siempre oirás a alguien diciendo “¿para qué voy a aprender yo un idioma? Que aprendan los extranjeros a hablar español”. Esta situación se da muchas veces no sólo dentro de nuestro país, sino cuando la gente se lanza a viajar por el mundo. Y no sólo nos pasa a los españoles.
También encuentras el caso más extremo, de los que le hablarán a dicho extranjero muy alto y muy pero que muy despacio “porque así le entienden mejor” o mi abuela que aprendió español ya jubilada para poder hablar con sus nietos -porque nunca es tarde si la dicha es buena.
Los ocho motivos más inspiradores para aprender otra lengua son:
1. Obviamente, una de las razones más útiles para aprender un idioma es poder movernos y desenvolvernos mejor a la hora de viajar. Creo que es justo decir que en la gran mayoría de países que se estudia un segundo idioma, normalmente se trata del inglés y el siguiente es el español. Si consideramos esto y el gran número de colonias inglesas que hay y ha habido por el mundo, no es difícil darse cuenta de que hablar inglés es esencial, y si encima dominamos inglés y español, nos será mucho más fácil desenvolvernos en gran parte del planeta.
2. Acceso a la información. Según Wikipedia, el 52 por ciento de la información que encontramos en internet está en inglés, frente a algo más de un cinco por ciento en español (la décima parte). Cualquier persona que trabaje con internet en su día a día, puede ver claramente la gran diferencia que supone buscar cualquier cosa en ambos idiomas, por lo que si sólo hablas español, te estás limitando el acceso enormemente.
3. Ayuda en el mundo laboral. Todas las cualidades y aptitudes de las que podamos presumir en nuestro currículum serán bien valoradas y en el caso de los idiomas aún más. Aún hoy en día es difícil encontrar gente con buen nivel de inglés como para poder trabajar en este idioma sin problema, si lo hablas perfectamente, tendrás ganados muchos puntos.
4. Ejercita enormemente tu cerebro. Está demostrado que aprender un segundo idioma te hace poner a prueba a tu cerebro constantemente, el vocabulario, la pronunciación, la sintaxis, ayudan a mantener tu mente despierta y muy activa y a mantener tus neuronas jóvenes. Incluso se cree que puede ayudar a combatir la demencia.
5. Hablar otro idioma, te convierte en un ser más social (por probabilidad pura). Si conoces a alguien de otro país y hablas su lengua, te será mucho más fácil entablar una conversación o incluso una amistad. Además te dará la oportunidad de mantener la relación por email y seguir practicando no sólo la lengua oral sino escrita, además de conocer cosas de otra cultura que pueden resultar muy interesantes y enriquecedoras.
6. En la era de los viajes y las compañías low cost, en que las redes sociales están llenas constantemente de los viajes de cada uno, queda claro lo mucho que la mayoría de nosotros disfrutamos viajando. Pero a la hora de viajar, uno de los objetivos debería ser pasar lo más desapercibido posible y no tener demasiada pinta de turista. Hablar el idioma del lugar que visitamos hará que automáticamente te sientas más bienvenido, entre otras cosas porque si necesitas ayuda a cualquiera le será fácil prestártela por la inexistente barrera idiomática.
7. Si tienes problemas de timidez o inseguridad, aprender otro idioma te dará un empujón para vencer tus miedos. La primera vez que tienes que decir algo en otro idioma, lo más normal es que te mueras de vergüenza, a todos nos ha pasado que no sabemos si estamos pronunciando o diciendo lo correcto, pero una vez que lo consigues un sentimiento de orgullo te invade y te hace ir a por más. Y si consigues vencer ese miedo con algo tan costoso como aprender otro idioma, cualquier reto parecerá más alcanzable que antes.
8. No más “lost in translation”. En España tenemos grandes actores de doblaje y hay películas memorables como “Buscando a Nemo” en que Dori es Anabel Alonso y Anabel Alonso es Dori. Dicho esto, en la gran mayoría de los casos, nos perdemos mucho con la traducción, no sólo bromas que traducidas no tienen ni sentido ni gracia, sino expresiones imposibles de traducir con los mismos movimientos labiales que en su original y que acaban dando lugar a diálogos totalmente fuera de guión.
Estudiar un segundo idioma requiere mucho esfuerzo y cierto orgullo por aprenderlo correctamente y exigirnos lo mejor de nosotros mismos al hablarlo. Exige dedicarle muchas horas y poner mucho de nuestra parte, pero todo son beneficios una vez lo hemos aprendido y es una de esas habilidades que te acompañarán el resto de tu vida y te la harán más placentera, aunque sólo sea por el simple hecho de haberlo conseguido.
Este artículo ha sido escrito por Alexandra Mendoza.