A la hora de escoger un televisor, es necesario tener una serie de pautas en cuenta. Ante toda la tecnología con la que contamos en el mercado y pensando en elegir un modelo que no se quede enseguida obsoleto, deberemos saber cuáles son realmente nuestras necesidades y elegir una televisión que se adapte a ellas. Antes que nada, debemos saber bien qué significa cada concepto:
LCD: es lo que se conoce como pantallas de cristal líquido. Esto hace que puedan ser más delgadas y planas. Funcionan a través de lámparas fluorescentes catódicas que crean una luz blanca que se colorea posteriormente, creando la imagen.
Tecnología LED: esta funciona a través de diodos que emiten luz coloreada, por lo que necesitan menos tecnología y también un menor espacio. Estas dos características hace que sea una opción mejor que sólo el LCD. En este post tenéis más información.
Plasma: la calidad del plasma es mayor que el LCD. En este caso, la imagen se crea por descargas eléctricas creada por gases como el neón y el xenón, que se iluminan y forman la imagen. Es más costoso de mantener y, además, está comprobado que su vida se agota antes que un LCD.
HD Ready: resolución mínima de 720 líneas. La imagen no es totalmente perfecta, pero se obtienen calidades muy amplias, sobre todo si la pantalla no es de demasiadas pulgadas.
HD Ready 1080p o Full HD: la resolución es mucho mejor, y la imagen no se distorsiona. Es ideal para las pantallas de mayor tamaño, la imagen aparece menos pixelada y garantiza la emisión a diferentes frecuencias para poder disfrutar de DVD, Blu-ray, videojuegos... sin perder un ápice de detalle.
HDTV: son aquellos televisores que incluyen un sintonizador digital de la televisión de alta definición. Actualmente casi todos los modelos disponen de esta opción.
3D: es el último gran avance de la televisión, pero todavía queda mucho por avanzar en este campo, que actualmente obliga al espectador a llevar unas gafas especiales. Permite visualizar las imágenes en tres dimensiones, creando una ilusión de profundidad que hace creer que la imagen está desarrollándose directamente en nuestro salón.
Pero, además de todos estos conceptos, y a pesar de que siempre queramos la última tecnología, debemos ser realistas con lo que necesitamos. A menudo nuestro salón no es demasiado amplio, por lo que si no vamos a tener un televisor de muchas pulgadas, quizá sea mejor ahorrarnos algunas tecnologías extras. Tener en cuenta esta regla para calcular las dimensiones que debería tener nuestro televisor con respecto a la habitación donde la situemos:
1,5 - 2,1 m = 37"
2,5 - 2,8 m = 42"
3 - 3,3 m = 44" a 50"