Antes de hablar sobre convertir a una impresora a WiFi hace falta entender la necesidad que hay detrás de esta acción. El tema de todo conectado es lo que entra en contexto, sobre todo si el entorno productivo es una oficina comercial. La adecuación de las oficias para magnificar la productividad en actividades administrativas recae en el control y evolución de elementos que circundan los ordenadores y demás dispositivos informáticos. El uso de redes de interconexión está tendiendo al tema inalámbrico por haberse convertido en una solución factible y dinámica.
Ventajas de una impresora inalámbrica
Una red inalámbrica permite anexar nuevos dispositivos prácticamente sin ningún costo, tan solo es necesario que éstos tengan unas cualidades específicas como conectividad WiFi y soporte para los estándares que están presentes en nuestra red. Una infraestructura de conexión basada en WiFi tiene una gran capacidad para permitir una grande aunque limitada cantidad de dispositivos conectados, y no porque no permita albergar más, sino por limitaciones de protocolos de conexión como IPV4 y DHCP. Se prevé que para el futuro, el protocolo de interconexión entre ordenadores esté basado en IPV6 que admitiría una cantidad superior a 254 dispositivos.
Si se compara una red WiFi con una tradicional cableada, se observan claras limitaciones de la segunda en relación al anexo de nuevos dispositivos que requerirían la inversión de material para permitirlo. Además, el número de dispositivos a conectar es equivalente al número de conectores físicos de red que tengan los enrutadores. La conexión mediante WIFi no depende de un numero de conectores físicos sino de un numero de IPs disponibles, que como mencionamos, para IPV4 es limitado pero con solución mediante IPV6 en vista del futuro, aunque técnicamente un dispositivo si podría conectarse a la red pese a no tener una IP disponible, aunque no tendría acceso a los recursos.
Las impresoras WiFi, pese a conectarse bajo el principio mencionado en los párrafos anteriores, suelen ser elementos bastante más independientes, pues pueden funcionar sin requerir un enrutador de red, que es la función de los routers inalámbricos. De ser necesario, ellas mismas podrán crear su punto de acceso para permitir que otros dispositivos se conecten a ella y puedan usar sus capacidades de impresión. Su programación también puede moldearse a los estándares propios de la oficina, para estar al nivel de seguridad mínimo requerido.
Las impresoras convencionales que son las que probablemente tenemos en nuestro entorno de productividad, funcionan generalmente mediante USB. Esto supone que deben ser controladas por un ordenador que es quien está conectado a la red WiFi, y quien es el que la comparte en la red como si de un recurso se tratara. Sin el ordenador, la impresora es inoperable pues carece de controlador y de medio de conexión hacia los demás computadores. Este aspecto limita en cierta medida la inclusión de nuevas impresoras a la red aun cuando ésta sea inalámbrica, pues las impresoras deberían ser foráneas a un ordenador que hará de servidor.
¿Cómo convertir una impresora USB en inalámbrica?
Existe una forma de conectar una impresora USB a la red inalámbrica sin que se requiera un ordenador como mediador y controlador, y es mediante un dispositivo especializado que se conecta a la red WiFi del entorno productivo tal cual lo hace una impresora WiFi tradicional. Puede inclusive montar su propio punto de acceso en caso de que no lo haya, para poder funcionar enteramente aun en ausencia de enrutador inalámbrico. El dispositivo necesario para conectar una impresora USB a WiFi parte del mismo principio que el mencionado en párrafos anteriores, que es el de ser controlado y mediado, pues se trata de un elemento diseñado para funcionar de esa manera.
El dispositivo que permite conectar una impresora a WiFi consiste en un enrutador empaquetado en un dispositivo pequeño con 2 interfaces, una de ellas es la del WiFi que consiste en todos esos elementos necesarios como las antenas, los sensores y el software que maneja esos elementos. Y la otra que es una interfaz USB que es la que se conecta a la impresora directamente. Dentro de la programación de estos dispositivos, se encuentran los controladores de las impresoras, que son las que le dirán al dispositivo como conducir a la impresora para que realice el trabajo de impresión recibido.
Dispositivos que permiten conectar una impresora USB a WiFi
Un ejemplo de dispositivos que permiten conectar una impresora USB a WiFi es el TP-Link TL-WPS510U, que cuenta con características compatibles con la mayoría de los parámetros de redes WiFi en oficinas. Dentro de su ficha técnica se mencionan cualidades como velocidades de trasmisión de hasta 54 Mbps, un soporte ampliado a la gran mayoría de impresoras actualmente en el mercado y compatibilidad con cifrado de tipo WEP de 64 y 128 bits junto a la más moderna WPA/WPA2-PSK. La instalación es tan sencilla como conectarla a la impresora y configurar el dispositivo mediante una interfaz web desde la red.
Otro modelo es el TP-Link TL-PS110P que es una solución similar a la anterior aunque destinada a impresoras antiguas que usaban la interfaz de conexión de puerto paralelo. Al igual que el modelo anterior, permite gestionar los trabajos de impresión mediante el protocolo IPP que es acrónimo de Internet Print Protocol. Además, es también compatible con características de red como DHCP y permite el diagnostico de conexión y de problemas de impresión mediante comunicación por correo electrónico. Cabe recordar que diagnosticar los problemas que impedían la impresión en impresoras antiguas no era sencillo, por lo que esta funcionalidad es especialmente útil.
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