La semana pasada murió Ana Maria Matute. Es una de esas personas que sin conocer de nada me ha regalado tantos buenos momentos, tantas horas de reflexión, de diversión, de expansión. A raíz de su muerte he recuperado algunos libros suyos que tenía por casa para releerlos, como la novela Pequeño teatro, premio planeta en el año 54 y que, aunque se publicó años más tarde, ella escribió cuando tenía 17 años!
Galardonada con muchos premios, entre ellos la Creu de Sant Jordi o el Premio Nacional de las Letras Españolas al conjunto de su obra, vivió casi todo el siglo XX, casi 90 años. Me hubiera gustado tanto que me explicara anécdotas de su vida, preguntarle, por ejemplo, cómo fue ser pequeña antes de la dictadura. O cómo se supera una guerra siendo niño, si es que se supera. O cómo se endurece el alma siendo mujer durante la posguerra… No podré preguntarle nada de todo esto, pero quedan sus palabras escritas en una obra bien extensa, entre novela infantil y adulta.
Qué mejor reconocimiento podemos hacerle que leer apasionadamente sus libros, palabras que nos elevan, peldaño a peldaño, en nuestro camino por la vida.
?El mundo hay que fabricárselo uno mismo, hay que crear peldaños que te suban, que te saquen del pozo. Hay que inventar la vida, porque acaba siendo verdad.? Ana María Matute (1925-2014)