Aunque eso no quiere decir que haya sido corredor. O runner, como se dice ahora. Ni mucho menos:
Lo cierto es que desde siempre me ha gustado ver carreras. De running. Carreras de gente corriendo, no carreras de caballos o de galgos. No es que me disgusten las apuestas, pero nunca he sido muy bueno en eso… Aun así, me encantan los relatos de Hemingway explicando sus quehaceres diarios en torno a estas actividades. Las carreras de caballos, quiero decir.
Empezar a correr desde cero
En cuanto se acerca el buen tiempo, en todas partes empiezan a organizar carreras, maratones y numerosos eventos deportivos donde hay gente corriendo. Lo que más hago es ir a ver a los deportistas. Varios de mis amigos cercanos participan habitualmente, y yo suelo ir a almorzar mientras con los demás compañeros. Eso es lo mejor de todo.
Sea como sea, en contadas ocasiones me he planteado empezar a correr desde cero. Y lo he hecho, quiero decir:
He empezado a entrenar con algunos amigos, incluso lo he incluido entre mis hábitos diarios. Correr unos cuantos kilómetros todos los días, varias veces a la semana. Así durante dos o tres meses, y participar en una de estas carreras que mencionaba.
Una vez corrí en la San Silvestre de mi ciudad, en navidades. Y qué frío, por cierto.
Toda la familia reunida, durmiendo en el salón y por el pasillo para poder quedarnos todos juntos durante las vacaciones. Ellos de pinchos por el casco viejo, y yo corriendo con guantes.
Y uno se cansa…
Y por detalles así, o parecidos, lo acabé dejando. Una y otra vez, a lo más cómodo. Y cansa.
No correr. Bueno, que también cansa. Pero no me refiero a eso: hablo de tener que empezar a correr desde cero otra vez, el año siguiente o el próximo. Otra vez agujetas las primeras sesiones de entrenamiento y otra vez a luchar contra la desidia y emplear toda mi fuerza de voluntad para salir a hacer running un día más.
Con el pequeño recuerdo, de fondo, de reojo, de la última vez que lo abandoné. Como asegurándome que esta vez será igual.
Por eso, esta vez empiezo un blog. No es tan frío como salir a correr en invierno. Aunque quizás me requiera el mismo esfuerzo. Ya lo veremos…
Quédate por aquí y podrás ser testigo