O puede que seas todo lo contrario: no te gusta relacionarte con cualquiera, escoges a tus amigos o personas cercanas muy cuidadosamente, y valoras mucho cada una de estas relaciones. La gente que conoces te hace sentir satisfecho, y no necesitas conocer a más personas nuevas.
No importa cómo seas, todos somos iguales
Tengas la personalidad que tengas, todos aprendemos a diario. Todos necesitamos de otras personas para estar completos. Y esto te llevara a situaciones de todo tipo. Serán más fáciles de solventar y salir airoso si amas a todo el mundo por igual, si no haces distinciones de ningún tipo.
Vive sin prejuicios, porque en el fondo todos somos iguales, aunque a simple vista parezcamos diferentes: como un ramo de rosas de diferentes colores. Diferentes tamaños, tonalidades y formas de ser. Y aun así, todos rosas, todos el mismo tipo de flor con comportamientos e inquietudes muy similares
Y vive sin miedo a que te juzguen. Porque no puedes supeditar tu vida a lo que pensarán los demás (probablemente no estén pensando en ti, de todas formas). Sé libre y olvida la opinión de los que te rodean. Coge sólo los puntos positivos.
Y elige en qué ramo de rosas de diferentes colores quieres estar
Mejor si te decantas por uno colorido. Con flores abiertas a otros olores, a otras relaciones y a todo tipo de situaciones. Porque es en estas situaciones desconocidas, arriesgadas y cambiantes donde vivirás aventuras, descubrirás nuevos mundos y posibilidades, y aprenderás un poco más cada día. Poco a poco pero con decisión, hacia una persona más completa y satisfecha.