Escribo de DaVinci porque fue un proyectista … sí, y por lo mismo, ha sido parte de algunos de mis post, y porque es un momento oportuno para recordarlo ahora que se cumplen 500 años de su muerte (ocurrida un 2 de mayo de 1519).
DaVinci es considerado un Polímata y también pintor, anatomista, arquitecto, paleontólogo, artista, botánico, científico, escritor, escultor, filósofo, ingeniero, inventor, músico, poeta y urbanista. O sea, un señor del conocimiento, su gestión y su más que adecuado uso. O sea, un proyectista.
¿Porqué proyectista? Porque simplemente un proyectista, que no es lo mismo que un gestor de proyectos, es alguien que debe abordar diversos conocimientos, que domine o no, pero que si debe saber gestionar y emplear, para resolver conflictos cotidianos y problemas proyectuales.
Esto porque un proyecto, en su esencia, y dentro de las diversas definiciones existentes (ver más definiciones en https://cestay.wordpress.com/2010/01/25/discusion-acerca-del-sentido-conceptual-de-los-proyectos-y-su-relacion-con-los-sistemas-de-innovacion/), es un proceso creativo de diseñar procesos creativos que permitan que se genere al menos un resultado creativo.
Por este motivo, un proyectista debe ser un DaVinci moderno. Pero como el DaVinci original que podía manejar todo el conocimiento existente, sino como alguien que sabe gestionar el conocimiento que puede o no dominar, pues si intenta conocer todo lo existente, es inviable por la cantidad de conocimiento acumulado por la humanidad.
Aclaro eso sí que no debe confundirse la cantidad de datos que se han generado versus la cantidad de conocimiento, pues el primero es el volumen de datos que se están generando-recogiendo a diario, y el conocimiento es el uso proyectado de esos datos. Todo esto viene “a cuento” porque DaVinci demostró que tener muchos datos no es el secreto, sino en saberlo convertir en información y luego en conocimiento. DaVinci manejaba conocimiento. Si se hubiese quedado en los datos, quizás aún estaría resolviendo algoritmos para extraer información de los datos. Es más, DaVinci, como todo proyectista tenía claro los conflictos de las humanidad, no los problemas coyunturales. Si se hubiese quedado en los primeros, que si abordó varios, no habría podido elaborar máquinas voladoras, armas impensables, o modelos humanos del nivel de sofisticación que generó, entre otras genialidades.
Aclarado este punto de DaVinci, traigo al recuerdo las intervenciones de DaVinci en mis post.
En el post del 2003 “Gestión y construcción de innovaciones en la Sociedad de la Comunicación: una propuesta integradora desde la Ingeniería de Proyectos” señalaba: “Si hoy en día existiesen muchos Leonardo Da Vinci muchos proyectos serían resueltos con prontitud. Pero hay que recordar que el nivel de conocimiento actual hace impensable que una persona pueda abarcarlo todo y resolver problemas cuya complejidad supera sus grados de variedad. Los sabios ya no existen, ahora existen los especialistas que: ni lo son tanto, ni viven todos juntos y además son entes individuales y singulares. Por esta razón, un proyecto es una experiencia de hacer trabajar personas disímiles, distantes y singulares que, ahora, deben trabajar de forma cooperativa y colaborativa.” (disponible en https://cestay.wordpress.com/2011/07/27/gestion-y-construccion-de-innovaciones-en-la-sociedad-de-la-comunicacion-una-propuesta-integradora-desde-la-ingenieria-de-proyectos/). Esto porque “La complejidad de los problemas de la segunda mitad del siglo XX y del actual, requieren soluciones cuya consecución muestra a todas luces la evidencia de que una sola persona no puede abarcar todos los aspectos de una solución y dominar todos los conocimientos que son menester tener a disposición” (ibid), es decir, se debe asumir la invialibilidad de conocerlo todo, por lo que se precisa trabajar en equipos.
En el post del 2011 “Los 7 pecados capitales y las 7 virtudes del marketing cuando operamos en Internet” en el pecado de Soberbia – Humildad, señalaba: “Sí, debemos ser humildes. Es imposible saberlo todo. Ya no somos Da Vinci que lo sabemos todo. Hay que entablar conversaciones con las personas en su singularidad y desde nuestra singularidad. Pero cuidado, es muy notorio cuando las conversaciones son políticamente correctas y además se nota cuando conversamos porque seguimos el último best seller de moda que dice -por ejemplo- que debemos comunicarnos y conversar. Las personas se dan cuenta de que seguimos best seller o temas de moda, pero ellos buscan soluciones y sabemos, por experiencia, que los usuarios, operadores, clientes y usuarios de nuestros productos y servicios, que ellos indagarán de nosotros por Internet.” (disponible en https://cestay.wordpress.com/2011/07/25/los-7-pecados-capitales-y-las-7-virtudes-del-marketing-cuando-operamos-en-internet-2/ y en http://www.christianestay.com/2010/09/los-7-pecados-capitales-y-las-7.html). Este extracto rescata la importancia de saber nuestra limitantes, pero no por ello dejar de buscar soluciones.
En otro post del 2011 “La fase del diseño en Diseño Proyectual y su integración con el enfoque del Marco Lógico”, señalaba “En el segundo caso hay que esperar que el proyecto sea bastante acotado como para quien lo proyecte pueda manejar la complejidad del proyecto para elucubrar todas las soluciones posibles y escoger una. Si una persona, como Da Vinci, puede manejar todas las variables de un proyecto y no tiene necesidad de operar en redes de opiniones que mejoren sus soluciones, perfecto. Si no es así, la variedad del proyecto proyectado consumirá la variedad del proyectista” (disponible en http://www.christianestay.com/2011/10/la-fase-del-diseno-en-diseno-proyectual.html). Cuya idea central es que el proyecto siempre superará al proyectista, por lo que debe dar al proyectista y el propio proyectista debe poseer cualidades propias y/o adquiridas que reduzca la entropía del proyecto.