Antes de seguir hacia el siguiente destino, hicieron una parada técnica en Bad Wildungen, una pequeña ciudad balneario que no tiene nada de particular, excepto el palacio de Friedrichstein, el mismo en el que, cuenta una leyenda, una joven y hermosa princesa murió envenenada, sirviendo de inspiración a los hermanos Grimm para escribir el cuento de Blancanieves y los Siete Enanitos...
Y tras este visto y no visto, pusieron rumbo a la pintoresca ciudad (que no pueblo) de Marburg, donde los Grimm estudiaron derecho y de la que Jakob Grimm decía "tiene más escalones en sus calles que en sus casas". Y resulta que es así, callejones, escaleras y casas medievales conforman un precioso casco histórico dominado por el Castillo de Landgrafenschloss (hoy transformado en museo), por el que da gusto perderse.
Además, si estás atento, por la ciudad te vas encontrando guiños a algunos de los cuentos más famosos...
La subida al castillo fue entretenida y las vistas, aunque se hacía de noche, impresionantes.
La última parada (que en las guías suele ser la primera) fue Hanau, al día siguiente. En esta ciudad los Grimm pasaron casi toda su vida, a finales del S. XVIII. Una estatua dedicada a ellos en la Neustädler Marktplatz lo recuerda. Pero por desgracia Hanau fue destruida casi totalmente en la II Guerra Mundial, y poco queda de la ciudad que conocieron los Grimm. Así que es una parada prescindible. En su lugar, y ya que tocaba regresar al hogar, nuestros amigos decidieron parar en Würthburg, que pillaba a mitad de camino hasta Munich. Pero esa historia la contaremos en otro momento, que es de otro cuento y este se ha alargado demasiado!
Como mucha gente me ha preguntado por esta ruta, os dejo aquí algunos enlaces interesantes a los hoteles donde nos quedamos y nuestras impresiones, por si a alguien le sirve de utilidad. Página oficial aquí. (Versión en inglés disponible).
Hoteles:
Alsfeld: Märchenhaftes Bed & Breakfast. Acogedor, bien situado, muy buenos precios, pero ojo, si vas en temporada alta puede que te toque compartir baño (no fue nuestro caso, fuimos en temporada baja y éramos los únicos huéspedes del hotel). Web.
Sababurg: imprescindible dormir en la fortaleza de la Bella Durmiente para sentirse como en un cuento de hadas. Merece la pena también reservar mesa para cenar en su restaurante. Web.
Trendelburg: otra parada imprescindible, en mi opinión el mejor hotel de nuestra ruta. También merece la pena cenar en el restaurante. Web.
Marburg: Hotel Dammühle, en las afueras. Es un molino restaurado y aunque no tiene el encanto de los anteriores, nos gustó igualmente. Su restaurante es conocido en la zona y nos gustó mucho. Probablemente haya hoteles en el centro, pero nosotros nos íbamos al día siguiente y no nos importó quedarnos en las afueras. Web. Restaurantes
Aparte de los de los hoteles mencionados, merece la pena destacar en Steinau la Brathänchen Farm, una especie de asador con mucho encanto.
La primera parte del viaje (Steinau y Lauterbach), aquí.
La segunda parte (Alsfeld, Bad Hersfeld, Hann. Münden, Zoo de Sababurg), aquí.
La tercera parte (Sababurg, Hamelin) aquí.